Dos monstruos que vinieron al mundo de la misma madre, se dedicaron a cazar mujeres como lobos al acecho de corderos. En bosques del Suroeste de Antioquia, veredas de Cundinamarca y callejones desolados del Valle de Aburrá atacaron a decenas de víctimas que encontraron a su paso. En este capítulo de Revelaciones del Bajo Mundo, El Inspector cuenta cómo los relatos de las pocas sobrevivientes y un análisis de ADN sirvieron para esclarecer quiénes estaban detrás de los macabros véjamenes y de los cadáveres que aparecían en el río.