Alejandro Pérez Echeverry

Lo hace de manera increíble. Walter Salles nos mete en esa casa de familia de Río de Janeiro, en el Brasil de 1970, cuando el amor fluye. La ambientación es tremenda. La casa, la casa hermosa de dos pisos es un ente en sí, que acoge a esa familia de marido, mujer, cuatro hijas, un hijo y Zezé, la empleada interna. Y aun si es un lugar increíble, frente al mar carioca, donde son claramente felices, planean mudarse a una nueva que diseñan ellos mismos.

No hubo transporte privado, ayer en la ciudad (aquí dejamos una imperdible mirada geométrica a la jornada), pero eso no impidió que desde temprano llegara la gente a atiborrar las tribunas del Movistar Arena para una noche que prometía reunir leyendas, y eso hizo.Si estuvieron pendientes de lo que sucedía antes de su show, los legendarios Cypress Hill seguramente dimensionaron que, sin importar el recorrido, siempre será difícil (no imposible) seguir en Colombia, en Bogotá, a una agrupación como Alcolirykoz, que ha cultivado tanta conexión en beats, samples y letras con su público.