David Alejandro Rojas García, DW

El telescopio espacial James Webb ha revelado una imagen impresionante de un sistema estelar en formación en Lynds 483 (L483), ubicado a 650 años luz en la constelación de Serpens. La luz infrarroja cercana de alta resolución captada por el telescopio muestra detalles inéditos de la compleja estructura de esta nube molecular, donde se están gestando nuevas estrellas.En el centro de la imagen se distingue una fina nube vertical en forma de reloj de arena con bordes irregulares.

El asteroide 2024 YR4, descubierto en diciembre por un telescopio en Chile, se ha convertido en uno de los temas astronómicos más relevantes de las últimas semanas.Las posibilidades de un impacto con la Tierra el 22 de diciembre de 2032, según la Nasa, rondan el 2,2 %, lo que significa que hay 1 entre 45 probabilidades de que esto ocurra, un aumento significativo desde el 1,2 % inicial.Un riesgo bajo, pero no nuloA pesar de las preocupaciones, los expertos coinciden en que el riesgo global sigue siendo bajo.

El impacto contra la Tierra de un asteroide de tamaño medio, unos 500 metros de diámetro, podría causar daños considerables, reduciendo la temperatura en 4 grados centígrados, las precipitaciones un 15 % y desencadenando un invierno global.En una semana en la que el asteroide 2024 YR4, de entre 40 y 90 metros de diámetro, ha acaparado la atención de los medios ante la posibilidad, del 1,5 %, de chocar contra nuestro planeta en 2032, Science Advances publica un estudiola revista en el que se modelan los posibles efectos de un cuerpo mucho mayor.

El organismo, bautizado como Gibellula attenboroughii en honor al famoso naturalista Sir David Attenborough, fue encontrado por primera vez en un antiguo almacén de pólvora victoriano, entre los vestigios de un castillo irlandés en ruinas, Castle Espie, en Irlanda del Norte.Este hongo blanco y esponjoso infecta sobre todo a la araña Metellina merianae, una especie que normalmente prefiere la oscuridad de las cuevas y otros espacios subterráneos.