Una mujer que se presentaba como mística y que atrajo a cientos de fieles a una aldea cercana a Roma, al asegurar que una imagen de la Virgen María derramaba lágrimas de sangre, podría ser llevada a juicio tras revelarse, mediante un análisis de ADN, que la sangre en cuestión le pertenecía a ella.Los análisis iniciales del ADN de la supuesta sangre en las lágrimas, llevados a cabo en los laboratorios de la Universidad de Tor Vergata en Roma, arrojaron un resultado contundente: provenía de un ser humano, específicamente de una mujer.