En 2029, la Tierra será escenario de un evento astronómico único que promete revolucionar el estudio de los cuerpos celestes y su interacción con la gravedad planetaria.
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El protagonista de esta ocasión es el asteroide Apofis, conocido popularmente como el “Dios del Caos”, un coloso de 340 metros de longitud que pasará a tan solo 32.000 kilómetros de nuestro planeta, una distancia menor que la de muchos satélites en órbita. Este acercamiento inusitado ha despertado el interés de la comunidad científica, que espera analizar en tiempo real los efectos de la atracción gravitacional terrestre sobre este objeto espacial.
A pesar de que la cercanía de Apofis no representa un riesgo de colisión con la Tierra, los astrónomos anticipan que el paso de este asteroide podría desencadenar lo que se ha bautizado como “astrosismos”, un fenómeno que guarda similitudes con los temblores terrestres, pero que ocurre en cuerpos celestes como estrellas y asteroides. Este tipo de movimientos sísmicos, aunque de naturaleza distinta, podría provocar alteraciones significativas en la estructura y composición de Apofis.
De acuerdo con Ronald-Louis Ballouz, investigador del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, la cercanía de un asteroide a un planeta puede inducir transformaciones considerables en su estructura.
Los asteroides, como Apofis, están sujetos a una constante “meteorización espacial”, causada por el bombardeo incesante de micrometeoroides que erosionan su superficie. Sin embargo, cuando se acercan a un planeta, la interacción gravitacional podría generar efectos más pronunciados, como desprendimientos de material y desplazamientos en la superficie.
“El acercamiento de Apofis es una oportunidad única para observar en tiempo real los cambios que se producen en un asteroide bajo la influencia gravitacional de un planeta”, explicó Ballouz. Este fenómeno podría generar un tipo de astrosismo en la superficie del asteroide, provocando deslizamientos y levantamientos de rocas que modifiquen su apariencia. Esta interacción permitirá a los científicos obtener información sobre la composición y estructura interna de Apofis, algo que hasta ahora solo había sido posible mediante observaciones remotas y modelos computacionales.
El concepto de astrosismo, proveniente de la astrosismología, refiere a temblores o vibraciones que ocurren en cuerpos espaciales, particularmente en estrellas y asteroides. Estos movimientos sísmicos se producen por ondas que se desplazan por la superficie y el interior de estos objetos, y permiten inferir detalles sobre su estructura y dinámica interna. En el caso de Apofis, los astrosismos podrían desencadenarse a medida que el asteroide se acerque al campo gravitacional de la Tierra, lo cual produciría alteraciones en su superficie erosionada por la meteorización espacial.
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El equipo de Ballouz ha desarrollado simulaciones computacionales para anticipar estos fenómenos, proyectando que las vibraciones en Apofis ocurrirán aproximadamente una hora antes de que el asteroide alcance su punto más cercano a la Tierra, y que continuarían durante un breve lapso posterior a su paso. Estas vibraciones podrían permitir que fragmentos de su superficie se eleven e incluso se liberen al espacio, transformando la apariencia del asteroide.
Con el objetivo de estudiar los efectos de esta interacción gravitacional, la Nasa ha programado la misión OSIRIS-APEX, una adaptación de la sonda OSIRIS-REx que previamente recolectó muestras del asteroide Bennu.
Esta sonda se encargará de monitorear el paso de Apofis en 2029, capturando datos sobre los cambios estructurales y rotacionales que puedan producirse como resultado de su cercanía con la Tierra. “Es una oportunidad sin precedentes para observar directamente cómo un asteroide reacciona al pasar cerca de un planeta y cómo eso podría afectar su trayectoria en el futuro”, señalaron los científicos a cargo de la misión.
El análisis de los astrosismos en Apofis contribuirá no solo a comprender mejor la dinámica de los asteroides en su interacción con cuerpos más masivos, sino también a mejorar los modelos de defensa planetaria. Estos estudios son fundamentales para anticipar posibles peligros derivados de la cercanía de asteroides de gran tamaño, y eventualmente para el diseño de estrategias que permitan desviar o mitigar sus efectos en caso de futuras aproximaciones más peligrosas.
El paso cercano de Apofis constituye un hito no solo para los científicos, sino para toda la humanidad, que podrá presenciar un fenómeno excepcional con el potencial de desentrañar nuevos secretos sobre el cosmos. La expectación generada por los posibles astrosismos y los cambios en la estructura del asteroide ha llevado a especialistas en astrosismología, astrofísica y defensa planetaria a colaborar en estudios que seguramente ampliarán nuestra comprensión del universo y, en última instancia, de nuestro lugar en él.
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Apofis, el “Dios del Caos”, sigue su camino, y con él, ofrece a la ciencia la posibilidad de explorar y entender el papel de las fuerzas gravitacionales en la evolución de cuerpos celestes, en un recordatorio de la complejidad y majestuosidad de los procesos que ocurren en el vasto e inexplorado espacio que nos rodea.
La Nasa hizo una animación en la que se muestra la trayectoria orbital del asteroide 99942 Apofis mientras pasa de manera segura cerca de la Tierra el 13 de abril de 2029. La gravedad de la Tierra desviará ligeramente su trayectoria a medida que este objeto cercano a la Tierra de 340 metros de ancho (1.100 pies de ancho) se acerque a 32.000 kilómetros (20.000 millas) de la superficie de nuestro planeta. La velocidad del movimiento se ha acelerado 2.000 veces: