Cada año, durante las primeras semanas de noviembre, la lluvia de estrellas Táuridas ilumina el cielo nocturno, ofreciendo a los aficionados de la astronomía un espectáculo que conecta directamente con los misterios del espacio.
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La Táuridas, formada por dos corrientes de meteoros —la del Sur y la del Norte—, tiene su origen en el cometa Encke y un asteroide denominado 2004 TG10, pues sus partículas, dejadas por estos cuerpos celestes en sus trayectos, se desintegran al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, generando un impresionante despliegue de meteoros visibles sin necesidad de equipo especializado.
Este evento, que comenzó a vislumbrarse a inicios de noviembre, alcanza su punto máximo los días 5 y 12.
Es decir, las Táuridas del Sur se mostraron en su esplendor el pasado 5 de noviembre, y las del Norte se esperan para este 12 de noviembre, según confirmó el portal EarthSky.
Aunque esta lluvia de estrellas presenta una actividad más baja en comparación con otras, con una tasa de aproximadamente diez meteoros por hora, su brillo y su velocidad reducida permiten observar cada destello con mayor claridad.
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Así que será un fenómeno ideal para quienes buscan disfrutar de una experiencia de observación astronómica sin prisas, ya que la baja cantidad de meteoros es compensada por su duración prolongada y su luminosidad intensa.
Para aquellos que desean presenciar las Táuridas en su máximo esplendor, la Nasa recomienda ubicarse en lugares elevados, alejados de la contaminación lumínica y con cielos despejados.
Durante este evento, la fase lunar también juega a favor de los espectadores: el 12 de noviembre, la Luna estará en una fase de baja luminosidad, mejorando significativamente la visibilidad de los meteoros.
Aún así, hay que tener en cuenta que espacios alejados de las luces urbanas y zonas rurales o áreas montañosas proporcionan un ambiente óptimo para la observación.
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Entre los mejores lugares en Colombia para ver esta lluvia de meteoros se destacan Villa de Leyva, el Desierto de la Tatacoa y el Cabo de la Vela, donde los cielos oscuros y el ambiente natural amplifican la visibilidad y el disfrute del evento.
Además, las Táuridas tienen un radiante, o punto de origen aparente, cercano a la constelación de Tauro, lo cual facilita localizarlas en el cielo.
Observar una lluvia de estrellas no requiere de telescopios ni binoculares, y de hecho la Nasa sugiere a los observadores que lleguen al lugar con al menos 45 minutos de anticipación para que sus ojos se adapten a la oscuridad.
El uso de ropa abrigada, especialmente en áreas abiertas, y una preparación para la espera son recomendaciones clave, ya que este tipo de eventos pueden extenderse durante varias horas.
Además, es importante evitar la exposición a luces intensas, como las de dispositivos móviles o linternas, para no afectar la adaptación de los ojos a la oscuridad.
Para quienes deseen capturar el evento en fotografías, la agencia espacial sugiere usar cámaras con trípodes y lentes gran angulares, ajustando la exposición y el enfoque manual para obtener imágenes claras del fenómeno. Colocar la cámara hacia el radiante permite predecir la trayectoria de los meteoros y facilita la captura de la estela luminosa.