<p>La Universidad del Rosario, una de las más antiguas y prestigiosas del país, designó a la médica Ana Isabel Gómez como rectora, en el que ha sido el anuncio de la primera mujer en ocupar el cargo en este tradicional claustro.</p>
<p>Y lo hace en una coyuntura especial: Gómez será la encargada de llevar las riendas de la institución durante los próximos dos años, luego de un periodo de agitación e inconformismos con las directivas universitarias, que terminó el pasado mes de abril con la salida del exrector Alejandro Cheyne.</p>
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<p>En entrevista con EL TIEMPO, la académica, que también es doctora en Ciencias Jurídicas, habló de no solo del momento difícil que vivió la universidad, sino de los tiempos cambiantes que atraviesa la educación superior, permeados por las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.</p>
<h2>¿Cómo recibió su nombramiento?</h2>
<p>Con mucha emoción. Todo rosarista que ama su universidad desea servirle y hacerlo en esta posición en donde puede influir sobre tantas vidas y tomar tantas decisiones importantes, es lo más hermoso que le puede pasar a un egresado. Hay una gran responsabilidad con nuestros 370 años de historia, con los que en este momento estamos dentro de la universidad, con los egresados y a las futuras generaciones.</p>
<h2>Y también es ser la primera mujer en esta posición…</h2>
<p>Me llamó mucho la atención que lo que más se ha resaltado en la noticia es que es una mujer la que está ocupando ese cargo y lo agradezco profundamente. Creo que eso no es lo que determina mi elección sino las necesidades que tiene la universidad en este momento, lo que he desarrollado a lo largo de mi vida, mi carrera como profesional, profesora, investigadora, directiva, y una cercanía con la comunidad estudiantil de mi escuela. Y que en este momento histórico además coincide con que sea una mujer, es importante.</p>
<h2>La universidad pasó hace poco por dificultades, particularmente por preocupaciones respecto al tema financiero y su liquidez. ¿Hoy, cuán grave es la situación?</h2>
<p>Por el momento, tengo la información que tiene cualquier profesor de la universidad en relación a la situación financiera, y seguramente será de los temas que demanden mi mayor atención en los días previos a la posesión, que es a finales de octubre. Durante estos meses ha estado al frente un rector encargado que consolidó un equipo que permitiera hacer un diagnóstico de la situación y una intervención inmediata, que ya está dando sus frutos, que tiene que consolidarse, y tiene que ser revisado.</p>
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<h2>¿Todo esto, que terminó con la salida del anterior rector, cómo afectó la imagen y reputación de la Universidad del Rosario?</h2>
<p>Para una institución como la nuestra, su patrimonio más importante es su reputación. Es muy difícil para cualquier rosarista ver día tras día el nombre de la institución en medios de comunicación y no por las cosas que también están sucediendo que son tan valiosas. Hay una afectación en materia de reputación, pero también creo que tenemos la capacidad de mirarnos críticamente, de ver qué tenemos que cambiar, mejorar nuestros mecanismos de gobernanza, nuestros procesos de contabilidad y de rendición de cuentas. Lo que inicialmente se ve como un problema mayúsculo, generalmente se termina volviendo en una oportunidad magnífica de cambio.</p>
<h2>Frente a la gobernanza, algunos creen que se debe cambiar el sistema de gobierno universitario actual que es por medio de colegiales y consiliarios. ¿Cuál es su postura?</h2>
<p>No me atrevería a decir cuál es el modelo ideal, porque universidades que tienen modelos distintos también han atravesado problemas en los últimos años. No hay un modelo que sea perfecto. Pero si esa es una observación de nuestra comunidad, es algo que tenemos que revisar y encontrar cómo mejorar el modelo, sin perder nuestra identidad.</p>
<h2>¿Cuáles considera que son los grandes aciertos y pecados ha cometido la universidad en los últimos años?</h2>
<p>Yo podría mencionar increíbles aciertos que ha tenido la universidad. Logramos posicionarnos frente a temas de producción científica, de grupos de investigación, ampliar nuestra oferta educativa, cambió nuestra forma de entender la internacionalización. En los rankings nos ha ido bien. Pero yo quisiera no hacer un pincel de valor sobre lo negativo, hasta que en profundidad pueda ver la información. Tras ello, emitiré los juicios a los que haya lugar.</p>
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<h2>¿Cuáles serán los ejes de su gestión?</h2>
<p>El primer eje es ético, lo cual es fundamental para recuperar la confianza interna y externa. El segundo elemento es el diálogo participativo para la acción. Hay un reclamo que es válido sobre la participación, al cual debemos atender y tomar acciones. Y el tercer elemento es la transformación. Es estar abiertos a cambiar lo que debamos cambiar, conservando nuestra identidad.</p>
<h2>Las universidades privadas privadas en el país están viendo una caída en sus matrículas. ¿Cómo analiza usted este momento para la educación superior privada?</h2>
<p>No solo le ocurre a las universidades en Colombia, también le está ocurriendo a las universidades en el mundo. Las personas tienen ahora unas perspectivas que no se limitan únicamente a estudiar una profesión. Los jóvenes no tienen solo en la cabeza estudiar una carrera, sino desarrollar un proyecto completamente distinto y ser exitosos también a través de esas vías, a veces sin pasar por la universidad.</p>
<h2>¿Cómo sería ese diferencial?</h2>
<p>Ese valor diferencial lo da lo flexibles que sean nuestros currículos en términos de estructura, de innovación pedagógica, de evaluación, de preparación real para la vida. Que podamos dar el espacio de construir trayectorias profesionales completamente divergentes, que pueda combinarse con distintas disciplinas y tener un perfil completamente distinto a lo que se esperaría.</p>
<h2>¿Algo así como carreras personalizadas?</h2>
<p>Es fundamental crear trayectorias profesionales individualizadas. Pero también que sean realistas con lo que ocurre en el mercado laboral. Por poner un ejemplo, un profesional que en este momento no tenga competencias digitales, es un profesional que no va a encontrar en unos pocos años un lugar de trabajo.</p>
<h2>También hay muchos jóvenes que optan por plataformas en línea en lugar de entrar a la universidad…</h2>
<p>Ese es un escenario que hay que reconocer. La educación superior no se va a acabar por este tipo de plataformas, se puede enriquecer de ellas y muchas veces universidades y plataformas trabajan en conjunto para combinar educación profesional o posgradual con certificados en línea. Lograr procesos más personalizados se puede dar a través de estas alianzas.</p>
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<h2>¿Cómo enseñar en un mundo en el que muchas profesiones se ven amenazadas por nuevas tecnologías como la inteligencia artificial?</h2>
<p>Hay profesiones que están destinadas a desaparecer, pero también van a aparecer nuevas profesiones y hay otras que van a perdurar si logran transformarse. Para esos tres escenarios tiene que estar preparada la universidad: dejar de centrarse en carreras que van a estar obsoletas, crear nuevos programas académicos y actualizar los que deban actualizarse, y en eso espero trabajar.</p>
<h2>Y está también el temor de algunos en la academia a que la inteligencia artificial facilite la trampa, el plagio, y afecte la calidad de los nuevos profesionales…</h2>
<p>Creo que debemos entender a la inteligencia artificial como una herramienta. Si estoy escribiendo un artículo científico, me puedo apoyar en inteligencia artificial para hacer una búsqueda de las tendencias temáticas sobre ese tema. Me puedo apoyar para ver cuáles son los artículos que tengan una mayor evidencia científica que sean importantes citar, pero yo no puedo esperar que sea inteligencia artificial la que me haga el artículo a mí. El valor de la creación es lo que debe perdurar. El mensaje que se le debe mandar a los estudiantes es no estigmatizar a la inteligencia artificial, no pensar que cada vez que se usa es plagio, sino que se puede utilizar correctamente. No hay que temerle, hay que incorporar con sabiduría.</p>
<h2>Algunos rectores de las universidades privadas consideran que las políticas actuales del Gobierno están afectando al sector. ¿Cuál es su postura?</h2>
<p>Las universidades deben entender entornos cambiantes, deben buscar preservar su autonomía universitaria, que es un valor que es muy importante para las sociedades del que el Estado en general ha sido respetuoso de eso a lo largo de la historia en Colombia. Y deben, más que buscar polarizarse, entrar en un diálogo con el Gobierno, en donde una parte y otra parte pueda ver lo que el otro tiene que decir y puedan llegar a consensos que beneficien a la sociedad. No pretendo entrar en disputas con el Gobierno, sino buscar caminos para construir juntos.</p>
<p>MATEO CHACÓN ORDUZ</p>
<p>Subeditor Vida de Hoy - Educación</p>
<p>Mateo Chacón Orduz</p>