<p>A lo largo de la historia, la humanidad ha explorado los rincones más curiosos de la sexualidad, a veces con una inventiva que raya en lo absurdo, otras con un pragmatismo sorprendente. Desde civilizaciones antiguas hasta personajes modernos, las anécdotas sexuales han dibujado un mapa pintoresco de cómo nos hemos acercado al deseo, el placer y las normas que los rodean.</p>
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<p>Uno de los casos más célebres lo protagoniza la antigua Roma, donde los banquetes eran algo más que comida y bebida. El emperador Tiberio, por ejemplo, montó su propia isla de placeres en Capri, una especie de parque temático sexual donde la improvisación era el único límite. Sin embargo, su verdadera pasión parece haber sido un grupo de peces dorados que, según los rumores, participaban en “juegos” acuáticos con el emperador y sus acompañantes. Claro, la historia no especifica si los peces también disfrutaban la experiencia, pero los romanos siempre fueron conocidos por sus excesos.</p>
<p>En épocas más recientes, el científico Nikola Tesla afirmaba que la castidad era su fuente de genio. Aunque nadie puede negar el cerebro brillante de Tesla, la comunidad científica y los más entusiastas del siglo XX no pudieron evitar preguntarse si realmente la genialidad requería abstinencia o si era solo un pretexto para evitar las complicaciones amorosas. Sea como fuere, Tesla dejó más inventos que amantes, lo que tal vez lo convierte en el verdadero campeón de la sublimación sexual.</p>
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<p>Pero si de curiosidades se trata, uno de los relatos más coloridos proviene de las cortes europeas del Renacimiento, donde los cinturones de castidad fueron supuestamente diseñados para garantizar la fidelidad de las esposas. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que la mayoría de estos artefactos nunca fueron funcionales ni populares. De hecho, parecían más bien instrumentos de tortura medievales creados más por el miedo a la infidelidad que por una necesidad real de protección. La paradoja aquí es que, mientras se diseñaban complicados artilugios para controlar el cuerpo femenino, las cortes eran conocidas por sus intrigas sexuales constantes y descaradas.</p>
<p>Avanzando al siglo XIX, encontramos el famoso caso del médico británico James Graham, inventor de la “cama celestial”. Este curioso dispositivo, adornado con imanes, muelles y luces de colores, prometía mejorar la potencia sexual y curar cualquier disfunción a través de lo que Graham llamó “corrientes magnéticas revitalizantes”. Aunque no está claro cuántos bebés fueron concebidos gracias a la cama de Graham, su extravagante show tuvo gran éxito entre la aristocracia, demostrando una vez más que, si algo se vende con suficiente mística y luces, puede atraer cualquier curiosidad.</p>
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<p>La historia de la sexualidad humana no es más que un reflejo de nuestra constante búsqueda por comprendernos a nosotros mismos. Entre inventos extraños, creencias exóticas y personajes con ideas insólitas, cada época ha puesto su granito de arena en este campo. Y aunque muchos de estos casos puedan parecer extraños o risibles hoy, son testimonio de que, cuando se trata del deseo y la sexualidad, la humanidad siempre ha estado dispuesta a explorar, aunque el camino no siempre haya sido el más directo o convencional. Hasta luego.</p>
<p>ESTHER BALAC</p>
<p>Para EL TIEMPO</p>
<p>esther balac</p>