Para la generación anterior, habría sido un momento de “demasiada imaginación” si en su infancia les hubieran dicho que, en un par de décadas, podrían hacer videollamadas con alguien al otro lado del mundo, desde un bloque de vidrio que todos tendrían en sus bolsillos, el teléfono móvil. Hoy en día, la inteligencia artificial genera resultados que antes solo existían en la ciencia ficción, pero lejos de haber llegado al final del camino, estamos apenas comenzando un nuevo capítulo en la fascinante historia de la computación: la era de la computación cuántica.
Los computadores cuánticos aprovechan las sofisticadas propiedades físicas del mundo subatómico, como la superposición y el entrelazamiento cuántico, para procesar información de maneras que los computadores clásicos no pueden. Mientras que los computadores que usamos hoy en día —los computadores clásicos— procesan información en bits que pueden ser 0 o 1, los computadores cuánticos utilizan qubits, que pueden representar ambos estados a la vez gracias a la superposición. Este principio permite realizar masivamente cálculos en paralelo y resolver problemas complejos a una velocidad sin precedentes.
Aunque no es sensato esperar que, en un par de décadas, todos tengamos un computador cuántico en casa para realizar nuestras tareas cotidianas, tampoco hace falta. La proyección es que, en los grandes centros de cómputo, habrá computadores cuánticos haciendo el procesamiento pesado y facilitando las tareas de las redes de computadores clásicos. Esto revolucionará campos como la criptografía, la inteligencia artificial, la simulación de materiales, la optimización y muchos más.
Es oportuno recordar que, en su momento, la apropiación de la electrónica como cuerpo de conocimiento impactó profundamente el desarrollo de la computación clásica. Hoy vivimos un proceso semejante, esta vez desde la perspectiva del dominio de los procesos cuánticos a nivel microscópico. El desarrollo de la computación cuántica promete tener impactos significativos en la ciencia, la tecnología y la sociedad, abriendo nuevas posibilidades para el futuro que apenas estamos explorando.
Estamos, sin duda, en el umbral de una nueva era tecnológica, una era en la que los computadores cuánticos desempeñarán un papel fundamental en la resolución de problemas que, hasta ahora, parecían insuperables. ¿Qué otros desafíos del presente serán considerados triviales en las próximas décadas gracias a esta tecnología revolucionaria? Solo el tiempo dirá.