<p>Iván Quintero nació hace 28 años en el municipio de Buenavista, Córdoba, uno de los tantos puntos del país marcados por el conflicto armado. Es campesino, como su padre, quien en la época de la violencia tuvo que salir de su finca para salvaguardar la vida.</p>
<p>Hace poco menos de un mes a Iván le dieron los títulos de las tierras que su padre había perdido. Unas 3.000 hectáreas que le entregó la Agencia Nacional de Tierras ANT a una asociación de la que hace parte. De ellas, a él le corresponden cerca de una decena en las que, asegura, quiere fortalecer su vocación agrícola.</p>
<p>Solo en Montería, gracias a las acciones de la ANT, se hizo entrega de 8.430 hectáreas a gente campesina y víctimas de la violencia en la región. Esto, en el marco de la entrega de tierras más grande que se haya hecho en la historia del país: 50.000 hectáreas en diferentes partes del país, durante todo el mes de octubre, a comunidades campesinas, indígenas y afro.</p>
<p>“Quiero seguir cultivando, tener la vaquita de leche y producir comida no solo para mí, sino también para las ciudades”, cuenta Iván. Él espera que su hija, de solo dos años de edad, no repita la historia suya y de su padre. Por el contrario, él encuentra esperanza en este pedazo de tierra que le fue devuelto.</p>
<p>“Es algo muy grande y bonito, ver que ella, ahora que crezca, va a tener a dónde ir a recoger una mata de yuca, va a tener dónde cosechar”, puntualiza.</p>
<blockquote>Quiero seguir cultivando, tener la vaquita de leche y producir comida no solo para mí, sino también para las ciudades.</blockquote>
Iván Quintero es uno de los beneficiados de tierras en el municipio de Buenavista, en Córdoba.
Mónica Vargas León/EL TIEMPO
<p>Además del tubérculo, Iván produce arroz, patilla, yuca y maíz. Algunos de ellos, incluso los exporta. Para él, la Reforma Agraria en la que se está avanzando con la entrega de tierras en distintos puntos del país, es determinante para personas como él y territorios como el suyo.</p>
<p>“Lo que más necesitamos es garantizar la seguridad alimentaria porque si el campesino no produce la ciudad no come”, afirma.</p>
<p>Julia Elena Vergara es del mismo municipio. Ella siembra plátano y arroz. Junto al río, explica que con su familia tiran el chinchorro, cogen bocachicos, crían gallinas y marranos y, en sus propias palabras: “hacemos hasta para vender”.</p>
<p>“Colombia necesita esto y las víctimas también. A mi hijo le gusta mucho el campo y por eso creemos que con estas tierras vamos a poder cambiar nuestra vida”, apunta.</p>
<h2>Acciones para las tierras</h2>
<p>De las tierras entregadas por el gobierno en Montería, 7.916 hectáreas corresponden a predios que pertenecieron a los entonces jefes paramilitares.</p>
<p>El Gobierno Nacional las adquirió para destinarlas a la Reforma Agraria, a través de un convenio entre el Fondo de Reparación de Víctimas y la Sociedad de Activos Especiales (SAE).</p>
<p>Según Felipe Harman Ortiz, director de la Agencia Nacional de Tierras, “no hay una forma distinta de soñarnos un país distinto sin las manos laboriosas y callosas de los campesinos, nunca más tanto terror, nunca más la violencia, nunca más el silencio, aquí está su gobierno respondiendo a su pueblo”.</p>
<p>Los bienes entregados fueron incautados por la Fiscalía a exjefes paramilitares en el proceso de Justicia y Paz, y nuevamente recuperados en operativos contra clanes políticos y cabecillas del ‘clan del Golfo’.</p>
<p>Por esa razón, Salvatore Mancuso estuvo presente en el evento de entrega en Montería para pedirles perdón a las víctimas.</p>
<p>Al encuentro también asistió el presidente Gustavo Petro.</p>
<p>El exjefe paramilitar les pidió perdón a las víctimas y se mostró arrepentido por lo que él mismo calificó como una “tragedia humanitaria”. “Asumo la responsabilidad por tanto dolor, sufrimiento y lágrimas, por el despojo de tierras, por los vejámenes a los que fueron sometidas las personas bajo las órdenes que impartí”, dijo Mancuso.</p>
<h2>Córdoba y Magdalena, dos regiones colombianas que se abren camino hacia la tranquilidad</h2>
En Magdalena, Harman Ortiz, director de la Agencia Nacional de Tierras, destacó la importancia de devolverle la esperanza al campesinado.
Agencia Nacional de Tierras
<p>Gabriel José Gaviria es un periodista monteriano de vieja data. Debido a su oficio y su ubicación geográfica, ha cubierto distintas masacres.</p>
<p>Una de ellas fue la del municipio de Buenavista, donde este mes los campesinos recibieron cerca de 3.000 hectáreas de la Agencia Nacional de Tierras ANT.</p>
<p>Gaviria cuenta que, en 1988, en el corregimiento de Mejor Esquina, de ese municipio, hubo una masacre y él mismo contó 36 cadáveres, aunque las cuentas oficiales marcaron solo 24 muertos. “Fue el domingo de resurrección. Ese día había un fandango y entre los masacrados estaban algunos músicos con los instrumentos llenos de sangre”, relata el periodista.</p>
<p>Para él, que además es habitante de la región, la entrega de tierras significa un nuevo capítulo para su territorio, en otros tiempos marcado por la violencia.</p>
<p>“Córdoba fue un gran escenario para los despojos de tierras, desarraigos, asesinatos y desapariciones de campesinos, además de violación de mujeres. La entrega de tierras es un hecho de reparación a las víctimas que marca la posibilidad de un nuevo futuro”, asegura Gaviria.</p>
<p>En Magdalena, donde también hay una historia de conflicto, resistencia y reconciliación, la ANT entregó 3.280 hectáreas a siete asociaciones campesinas en los municipios de San Sebastián de Buenavista y San Zenón, en el departamento de Magdalena.</p>
<p>En el acto de entrega, hubo un homenaje a Milton Rocha, líder asesinado en su lucha por el acceso a tierras para los campesinos. A él asistió doña Zenaida Peña, madre del líder asesinado.</p>
<p>Para ese momento, el director de la Agencia Nacional de Tierras, Felipe Harman Ortiz, destacó la importancia de la restitución de tierras.</p>
<p>“Esta entrega no solo mejora sus condiciones de vida, sino que también marca un nuevo comienzo para el campesinado del sur del Magdalena”, dijo Harman.</p>
<p>La entrega de tierras, que se proyecta a de ser de 50.000 titulaciones en todo el territorio nacional durante octubre, es un acto de reparación y reconciliación a las comunidades que estuvieron en medio del conflicto armado y que ahora buscan un nuevo futuro para sus familias.</p>
<p>MÁS CONTENIDO*. Un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO con el auspicio de la Agencia Nacional de Tierras ANT.</p>
<p>Monica Vargas - periodista externa ace*</p>