En un contexto donde las amenazas cibernéticas han aumentado de forma alarmante, la inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como una herramienta clave en la defensa digital. Según datos recientes de Microsoft, los ciberataques se han incrementado significativamente, pasando de 567 ataques por segundo en 2022 a 4.000 en la actualidad. Esta escalada resalta la urgencia de soluciones innovadoras que puedan hacer frente a la creciente complejidad de las amenazas.
En una entrevista con El Tiempo, Vasu Jakkal, vicepresidenta de seguridad en Microsoft, destacó la importancia de la IA en la lucha contra la cibercriminalidad. Jakkal explicó que, ante la rapidez con la que los atacantes pueden vulnerar sistemas —en promedio, apenas 72 minutos tras un clic en un enlace malicioso—, es esencial contar con tecnologías capaces de detectar y responder en tiempo real.
Microsoft ha apostado fuertemente por la inteligencia artificial para mejorar la ciberseguridad. La compañía procesa diariamente 78 billones de señales, lo que le permite identificar amenazas a gran escala y velocidad. Entre sus desarrollos más destacados está Copilot for Security, un asistente impulsado por IA que ayuda a los equipos de seguridad a gestionar incidentes de manera más eficiente. Desde su lanzamiento en marzo de 2023, más de 1.400 clientes han utilizado Copilot para investigar amenazas y gestionar riesgos en tiempo real.
Sin embargo, la ciberseguridad no solo enfrenta el reto de los ataques cada vez más sofisticados, sino también una preocupante escasez de talento. Jakkal subraya que hay más de cuatro millones de vacantes en este sector a nivel global, lo que dificulta la capacidad de las empresas para protegerse. En este sentido, la IA no solo se presenta como una herramienta para mitigar ataques, sino también como un apoyo para los equipos humanos, facilitando el acceso a tareas complejas y reduciendo las barreras de entrada para nuevos profesionales.
No obstante, el avance de la IA también genera nuevas preocupaciones. Los ciberdelincuentes ya están utilizando esta tecnología para desarrollar ataques más sofisticados, como el phishing potenciado por IA, lo que plantea nuevos desafíos para las organizaciones.
La situación es particularmente preocupante en América del Sur, donde las organizaciones enfrentan un paisaje cada vez más hostil. El aumento de ataques patrocinados por actores estatales y el crecimiento del ransomware son solo algunos de los problemas que enfrentan empresas de todos los tamaños en la región.
A pesar de este escenario complejo, Jakkal mantiene una visión optimista sobre el futuro de la ciberseguridad. “La colaboración y la innovación serán esenciales para crear un entorno digital más seguro”, concluye. La inteligencia artificial, según la experta, es una herramienta transformadora que puede marcar la diferencia en la lucha contra la cibercriminalidad, pero la responsabilidad es compartida: gobiernos, empresas y ciudadanos deben trabajar juntos para lograrlo.
Redacción El Tiempo