Las entrevistas de trabajo son una parte fundamental del proceso de selección y pueden ser determinantes en la decisión final tanto para el candidato como para el empleador. Sin embargo, uno de los aspectos que a menudo se pasa por alto es la duración de la entrevista.
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Y es que el tiempo de esta puede variar considerablemente dependiendo del tipo de puesto, la empresa y la etapa del proceso de selección.
Sin embargo, en términos generales, una entrevista de trabajo efectiva suele durar entre 30 y 60 minutos. Este rango es suficiente para que el entrevistador obtenga la información necesaria sobre el candidato y, a su vez, para que el aspirante pueda hacer preguntas relevantes sobre la empresa y el puesto.
30 a 45 minutos: esta duración es común para entrevistas telefónicas o virtuales, especialmente en las etapas iniciales del proceso de selección. En este tiempo, el entrevistador puede evaluar las habilidades básicas del candidato y su adecuación cultural a la empresa.
45 a 60 minutos: este rango es más adecuado para entrevistas en persona, donde se pueden abordar temas más profundos. Aquí, el entrevistador puede hacer preguntas más complejas sobre la experiencia laboral, competencias técnicas y situaciones pasadas que ilustren cómo el candidato ha manejado desafíos en el pasado.
¿Cuándo se considera que una entrevista es muy larga?
Una entrevista que excede los 90 minutos puede comenzar a considerarse demasiado larga, especialmente si no se está aportando información relevante. Las entrevistas extensas pueden generar incomodidad tanto para el candidato como para el entrevistador. Si la conversación se alarga más allá de lo esperado, puede dar la impresión de que hay falta de enfoque o que el proceso no está bien estructurado.
Algunas señales de que una entrevista se ha vuelto excesiva incluyen:
Desviaciones del tema: si la conversación se aleja de los temas pertinentes, como la experiencia laboral y las habilidades del candidato, puede ser una señal de que la entrevista no está siendo efectiva.
Preguntas redundantes: si el entrevistador repite preguntas que ya han sido respondidas, esto puede hacer que el candidato sienta que su tiempo no se está valorando adecuadamente.
Fatiga evidente: tanto el candidato como el entrevistador pueden empezar a mostrar signos de cansancio, lo que puede afectar la calidad de la interacción y la evaluación final.
La importancia del tiempo en la entrevista
El tiempo es un recurso valioso tanto para los candidatos como para los empleadores. En un mundo laboral donde la eficiencia es clave, las entrevistas deben ser lo suficientemente largas para recopilar la información necesaria, pero no tan extensas como para causar frustración.
Para los candidatos, una entrevista excesivamente larga puede ser vista como una falta de respeto hacia su tiempo, lo que podría influir en su percepción de la empresa. Por otro lado, un proceso de selección eficiente puede proyectar una imagen positiva de la organización y demostrar que se valoran el tiempo y el esfuerzo de todos los involucrados.