Entre las propuestas con las que llegó Colombia a la COP16 de biodiversidad, que se realiza en Cali, hay una que se refiere a la inclusión del rol de las poblaciones afrodescendientes en la implementación del Convenio de Diversidad Biológica –el acuerdo global al que están vinculadas las 196 naciones que participan de la cumbre–.
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La iniciativa, presentada en conjunto por Colombia y Brasil, “insta a las partes a comprometerse plenamente con las comunidades y los afrodescendientes, reconociendo y apoyando sus acciones colectivas que contribuyen a los objetivos de la convención, protegiendo los territorios que tradicionalmente ocupan o utilizan para alcanzar los objetivos de la convención y protegiendo y fomentando su uso sostenible consuetudinario”.
Se trata de un tema importante porque hasta el momento en la convención solo se mencionan a las poblaciones indígenas y a las comunidades locales, por lo que desde diferentes organizaciones afrodescendientes de América y el Caribe se ha tratado de conseguir este reconocimiento en escenarios de las Naciones Unidas. Un esfuerzo que según señalan integrantes de esta población, ha tomado casi dos décadas de intentos por que una propuesta como la que presentan Colombia y Brasil en la COP16 llegara siquiera a ser puesta sobre la mesa.
Sin embargo, es también un tema que en los primeros días de discusiones de la cumbre de biodiversidad encontró en los países africanos sus principales detractores, paradójicamente. El martes, el segundo día de la cumbre, el delegado de la República Democrática del Congo manifestó que rechazaban, de plano, que se incluyera a los afrodescendientes. “África pide clara y contundentemente que esto no se tenga en cuenta cuando acordemos este orden del día porque no tiene nada que ver con el artículo 8 (j) del convenio”, dijo en su intervención.
Además, señalaron que, en consideración de la República Democrática del Congo dicho artículo ya está claramente delimitado en el convenio y no debe sufrir modificaciones en el momento. “Por tanto, cualquier intento de cambiar el concepto o de añadir al artículo 8J otra categoría no prevista en las disposiciones del convenio es inaceptable”, recalcaron.
Sin embargo, desde esta nación africana reconocen como una necesidad frente a este artículo adoptar un nuevo programa de trabajo. Uno que esté alineado con el marco mundial de la biodiversidad y que, adicionalmente, debe “contener actividades coherentes, realistas e inclusivas, donde se refuerce el papel de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la aplicación del marco”.
¿Qué dice el 8 (j)?
El Artículo 8 (j) del Convenio sobre Diversidad Biológica establece que las Partes (los países que han suscrito este acuerdo) deberán, en la medida de lo posible y adecuado, conforme a la legislación nacional, respetar, conservar y mantener el conocimiento, las innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y locales que engloban los estilos de vida tradicionales en relación con la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, y fomentar su mayor aplicación con la aprobación y participación de los poseedores de ese conocimiento, esas innovaciones y prácticas, y alentar la distribución equitativa de los beneficios derivados de la utilización de dichos conocimiento, innovaciones y prácticas”.
Sin embargo, ante este planteamiento las comunidades afrodescendientes –hijos de aquellos esclavos que fueron traídos al continente americano en la conquista y la colonia– se consideran invisibilizados. Para José Luis Rengifo, quien hace parte del equipo de coordinación nacional del Proceso de Comunidades Negras (PCN) en Colombia y de la Coalición de Pueblos y Territorios de América Latina y del Caribe, a través del tiempo, los pueblos afrodescendientes de América Latina y del Caribe no han contado con un reconocimiento por parte de Naciones Unidas ni ninguno de los estamentos multilaterales.
“Esto ocurre aún sabiendo que somos a nivel de América Latina y del Caribe alrededor de 134 millones de personas de ascendencia africana. Pero además también tenemos estamos en territorios que representan alrededor de 205 millones de hectáreas en la región, unos titulados y otros ancestrales. Además, tenemos una cultura, unas tradiciones, una vida propia y una forma de comportarnos”, manifiesta el líder afro.
El martes, el segundo día de la cumbre, el delegado de la República Democrática del Congo manifestó que rechazaban, de plano, que se incluyera a los afrodescendientes Transmisión de las Naciones Unidas.Las anteriores son las características que, de acuerdo con las comunidades afrodescendientes les permite reconocerse como grupo étnico y como pueblo, independientes de sus ancestros africanos. “Es por esta razón que creemos que ya es hora de que se reduzca todo ese proceso de discriminación y segregación a los pueblos afrodescendientes de América Latina y del Caribe y que el Convenio sobre Biodiversidad Biológica, el artículo 8 (j), pueda reconocerlo”, enfatiza Rengifo.
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Pero en una esquina opuesta parecen estar las opiniones de los africanos asistentes a la COP16, quienes abogan por un texto que, en su opinión, habla de inclusión. “No creo que la cuestión de la ascendencia africana deba tener ningún impacto en la adopción o inclusión de los pueblos indígenas en el Convenio. Tenemos que partir de una posición de inclusión y no de exclusión, para que realmente podamos aprovechar al máximo la aplicación de este nuevo marco mundial para la biodiversidad. Apoyo la idea de inclusión y no de exclusión, porque esta cuestión de la ascendencia es para mí un falso debate, no tiene sentido” le dijo a EL TIEMPO, Aboubacar Samoura, delegado del estado de Guinea.
Se trata de un debate que se mueve en lo político, antropológico y sociológico. Con posibles implicaciones incluso económicas si se toma en cuenta las grandes sumas de dinero que recibe África en financiamiento relacionado con biodiversidad (2,9 billones de dólares)
Por ahora, pese a la cortante declaración inicial de la República Democrática del Congo, la discusión sobre el tema en las plenarias de la COP16 sigue viva, según le explicó a este medio Pedro León Cortés, embajador de Colombia en Kenya y uno de los delegados de Colombia que asiste al debate: “El tema sigue en negociación así como el diálogo constructivo con todos los países, incluyendo los africanos”, afirmó.
REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE
Alejandra López Plazas