Ante los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), que participan en la XXII Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo (CIMT), la delegación de Colombia, liderada por la ministra Gloria Inés Ramírez, anunció una ambiciosa estrategia para proteger los empleos que se perderían por el auge de la inteligencia artificial.
Y es que si bien históricamente la automatización y la tecnología han afectado las tareas rutinarias, una de las características que diferencia a la inteligencia artificial (IA) es su incidencia en trabajos de alta cualificación. De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que casi el 40% de los empleos en todo el mundo se verán afectados por la IA.
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“La inteligencia artificial trae la creación de nuevos puestos de trabajo, pero también tiene el riesgo de la pérdida de casi el 40% de los empleos (...) por eso Colombia ha propuesto aquí en la Conferencia Interamericana un sistema de protección frente a este riesgo, casi que inminente de la pérdida de empleos”, señaló Ramírez.
De esta manera, Colombia planea avanzar en una estrategia enfocada en la reconversión laboral, y en la protección de los procesos de automatización y descarbonización laboral.
“Es decir que cuando haya un proceso de automatización se hable con sus trabajadores, se haga reconversión laboral y procesos de habilitación en otros oficios. De igual manera en los puestos que se generen por la misma automatización sean ocupados por los antiguos trabajadores, pero capacitados y formados”, explicó la ministra.
En el congreso los países también abordaron problemáticas como la informalidad en la región, que alcanza el 50%, así como la búsqueda de mecanismos para la protección y generación de empleos en el sector rural.
Un informe de Fedesarrollo arroja que seis de cada 10 puestos de trabajo en Colombia estarían en riesgo de desaparecer por cuenta de la automatización.
Este escenario está siendo sopesado por el proyecto de reforma laboral, en el cual se establecen cinco acciones que buscarían proteger los derechos de los trabajadores con la aparición de las nuevas tecnologías.
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Una de ellas, y tal como lo mencionó anteriormente la ministra Ramírez, es el derecho de los empleados a ser reconvertidos laboralmente, al menos durante los seis meses anteriores a la aplicación de la automatización o modernización que implique la terminación de su puesto de trabajo. También podrán ser reubicados en otro cargo o área de la empresa.
Agotadas estas opciones, el empleador podrá solicitar autorización al MinTrabajo cuando se trate de despidos colectivos, y las personas que se queden sin empleo ingresarán a la ruta de empleabilidad de la Unidad del Servicio Público de Empleo.
Desde la la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han recomendado a los países el diseño de políticas que apoyen una “transición ordenada, justa y consultiva”, pues afirman que las repercusiones socioeconómicas de la IA dependerán en gran medida de cómo se gestione su difusión.
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“La voz de los trabajadores, la capacitación y una protección social adecuada serán claves para gestionar la transición. De lo contrario, se corre el riesgo de que solo unos pocos países y participantes en el mercado bien preparados se beneficien de la nueva tecnología”, señaló la OIT.
La organización también sugiere, sobre todo a los países de América Latina, tomar acciones con enfoque colaborativo para aprovechar plenamente el potencial de la IA mientras se mitigan los riesgos asociados.
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Entre estas están implementar programas de aprendizaje permanente para mitigar la pérdida de empleos y mejorar la productividad; reforzar las competencias básicas de los trabajadores para impulsar la productividad y la creatividad con la IA; mejorar los sistemas de protección social para estabilizar las transiciones y abordar las brechas de género; mejorar la infraestructura y la adopción de tecnologías digitales, y ayudar a los trabajadores del sector informal en su transición al sector formal para mejorar sus posibilidades de beneficiarse de esta tecnología.