La compleja coyuntura energética que se avecina en Colombia ya comienza a dar sus primeros avisos. Uno de estos es la reciente resolución que publicó a comentarios el Ministerio de Minas y Energía sobre un obligado racionamiento programado de gas, principalmente para la región Caribe.
El borrador de la resolución sostiene que la planta regasificadora SPEC, de Cartagena, entrará en mantenimiento entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre, por lo que no podrá suministrar gas a las plantas térmicas que funcionan con este combustible y que están ubicadas en el área Caribe 2.
Para comprender la situación, la planta de Cartagena es responsable de importar gas natural a centrales térmicas como Termocandelaria, Tebsa y Termoflores, ubicadas en Cartagena y Barranquilla. Estas dependen de dicho gas para generar energía eléctrica y abastecer, especialmente, al Caribe.
No obstante, al entrar en mantenimiento la regasificadora, la única opción de las térmicas es recurrir al gas natural nacional. Esa no es una situación nueva, pues dicho mantenimiento se realiza de manera anual. Lo inusual es que no ocasionó un racionamiento en los últimos años.
Entonces, ¿qué hay de diferente en esta ocasión que obligó al Ministerio a considerar el racionamiento? Como se viene advirtiendo desde principios de este año, Colombia está ad portas de un faltante de gas. En otras palabras, no hay suficiente producción al interior del país para abastecer la demanda local y, a su vez, a las plantas térmicas.
Luz Stella Murgas, presidenta de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), explicó que el nivel de lluvias ha sido muy bajo en el país, luego del fenómeno de El Niño.
“La cuestión es que hoy los embalses no han recuperado sus niveles habituales, razón por la cual las condiciones de hidrología no son normales y eso obliga a que las térmicas necesiten una mayor cantidad de gas, pero no hay suficiente para atender toda la demanda”, señaló.
De hecho, datos recientes de XM, operador del Sistema Interconectado, indican que el 28 de septiembre el volumen útil diario de los embalses del país llegó a un preocupante 49,44 %, pero en las últimas semanas repuntó a 54,02 %.
Esa realidad planteó dos escenarios: un racionamiento programado de gas o de energía eléctrica en el marco del mantenimiento de SPEC.
En ese orden, Efraín Cepeda, presidente del Comité Intergremial del Atlántico, dijo que la prioridad del Gobierno Nacional fue suministrar gas a las térmicas para producir energía, porque un corte de luz sería aún más costoso frente al de gas. “No tener el servicio de energía sí sería una catástrofe para el país”, comentó.
De hecho, en la resolución se explica que el costo de racionamiento de energía eléctrica (calculado con información de la UPME) oscilaría entre $80.000 y $170.000 millones al día, mientras que uno de gas sería de entre $5.000 millones y $13.200 millones. Y agrega: “por lo que se debe priorizar la generación de energía eléctrica”.
Cepeda agregó que la coyuntura evidencia la urgencia del país de contar con dicho combustible y calificó el problema como un “campanazo de alerta” de lo que podría venir más adelante para el Caribe y para todo el país si el Gobierno no toma las medidas adecuadas para superar el faltante.
Luz Stella Murgas advirtió: “No hay gas local suficiente, es que el déficit no es una alerta, no es una alarma, no es una narrativa; el faltante es una realidad”.
Según Naturgas, el informe más reciente del Gestor del Mercado Mayorista de Gas Natural en Colombia apuntó a que hay un faltante que se materializará el primero de diciembre de este año, equivalente a 120 GBTUD/día, que equivale al 12 % de la demanda nacional y se expandirá para 2025.
La esperanza que tiene Colombia para evitar el servicio con interrupciones en los próximos años, según Murgas, es precisamente la regasificadora de Cartagena, ya que tiene una capacidad adicional de almacenamiento y regasificación.
Murgas resaltó que, por esa razón, es necesario el mantenimiento para esa planta. Recordó que esta brindó un respaldo importante en medio del intenso fenómeno de El Niño que sacudió al país en los primeros meses del año. Además, será crucial para que el próximo verano no haya un apagón en el país o un faltante de gas.
El impacto del primer racionamiento programado
Lo cierto es que, si bien el golpe de las interrupciones en el servicio de gas natural es menor frente al de energía eléctrica, también tiene un impacto considerable.
Tanto así que los comités intergremiales del Caribe publicaron un comunicado conjunto en el que le solicitaron al Ministerio de Minas que el racionamiento programado se programe solo para esa región, sino para todo el país, pues el impacto sería muy fuerte si solo se aplica para esa zona del país.
Los gremios argumentaron que el racionamiento programado en esos cinco días (31 de octubre - 4 de noviembre) se estima que sea de entre 20 y 30 millones de pies cúbicos por día, lo que implica reducir entre 30 % y 40 % el abastecimiento de gas en esa región; “mientras que si se hace en todo el territorio nacional, la afectación solo sería de entre el 5 % y el 7 %”.
La situación da unas primeras señales de que el faltante de gas natural es palpable en el país y que requiere de serias medidas para evitar un dolor de cabeza a los ciudadanos y a la economía en general. Además, el problema revela que un apagón eléctrico sería seriamente costoso para las regiones y para el territorio nacional.
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