Se trata de Kroshik, que pesaba 17 kilos cuando fue rescatado del sótano de un hospital, en la ciudad rusa de Perm, y llevado a un centro de rehabilitación.
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Cuando los trabajadores del centro hospitalario lo descubrieron, empezaron a consentirlo con sopas, galletas, pan, carne y todo lo que podían ofrecerle, sin medirse en porciones.
El apetito de Kroshik fue creciendo a la par con la generosidad de los empleados.
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Es así que en agosto pasado, Kroshik inició su tratamiento contra el sobrepeso; un camino difícil para el gato que no podía ni moverse.
Y es que el gato se negaba a ejercitarse y su ánimo decaía con el paso del tiempo; hasta intentó fugarse del refugio sin éxito.
Kroshik no alcanzó a completar su meta
Kroshik logró bajar tres kilos y caminar por sus propios medios. Todo parecía ir tomando la senda correcta, hasta el pasado fin de semana, cuando el centro de rehabilitación confirmó su muerte.
El felino sufrió una crisis respiratoria y no resistió. Este lunes, Rusia lamenta la pérdida de Kroshik, el más célebre de los felinos en las redes sociales de ese país.
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