Desde los glaciares de la Patagonia hasta las cálidas aguas del Caribe, CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe- extiende sus esfuerzos para proteger y restaurar los ecosistemas más estratégicos de la región.
¿Por qué se enfoca en trabajar por la naturaleza? Porque para CAF no tiene lógica hablar de desarrollo, si no se respeta la vida de todos los seres vivos y sus entornos. Y va más allá: promulga que ese respeto debe estar alineado a lograr mejores condiciones de vida para todas las personas, por lo que sus acciones apuntan al desarrollo sostenible, la integración regional y la inclusión.
Así lo ha confirmado durante el desarrollo de la COP16, donde el organismo ha presentado diversas estrategias dirigidas a todo el territorio, en aras de restablecer, conservar o salvar la riqueza natural de la región, a la vez que buscan mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Y es que esta vasta geografía sobre la que actúa, y que alberga el 60 por ciento de la biodiversidad mundial, es clave para la supervivencia del planeta. Por ello, CAF ha asumido un rol protagónico en la promoción de un desarrollo sostenible que integre lo social, lo ambiental y lo económico.
Acciones con financiación
Como parte de su evolución para convertirse en el banco verde y azul de América Latina y el Caribe, CAF destinará 25.000 millones de dólares al 2026 para operaciones verdes que impulsen la acción climática y la preservación de la biodiversidad. En este sentido, en el marco de la COP16, el organismo anunció un ambicioso programa de 300 millones de dólares para conservar la Amazonía, los bosques Atlánticos, el Pantanal, el Chaco, la Corriente de Humboldt y la Patagonia, que forman parte de los 14 ecosistemas estratégicos determinados por CAF para enfocar sus acciones.
Esta iniciativa, que también busca movilizar más recursos financieros y mejorar la cooperación entre gobiernos locales, sector privado y sociedad civil, tiene como objetivo asegurar la protección a largo plazo de estos ecosistemas cruciales para la salud del planeta.
Al tiempo, está su trabajo enfocado a la economía azul, alineado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14, dedicado a la conservación de los océanos y los recursos marinos.
Hasta 2026, CAF invertirá al menos 1.250 millones de dólares en proyectos que protejan las zonas costeras y marítimas de América Latina y el Caribe, subrayando la importancia de preservar la biodiversidad oceánica como un activo estratégico para la región y el mundo. Esta apuesta por la economía azul es fundamental en un contexto donde la biodiversidad marina está cada vez más amenazada por el cambio climático, la sobrepesca y la contaminación.
Además del financiamiento directo, CAF está innovando en la creación de nuevas herramientas financieras que faciliten la inversión en iniciativas ambientales.
Entre ellas se destacan los bonos verdes, los certificados de biodiversidad y el canje de deuda por naturaleza, mecanismos que permiten a los países de la región financiar proyectos ambientales de gran escala sin comprometer su estabilidad financiera. Esta estrategia de financiamiento innovador busca, además, atraer recursos del sector privado y fortalecer las alianzas internacionales en la lucha por la sostenibilidad.
CAF8A by Le Nakawé
Unión de voces
Al liderar la conversación de los temas de desarrollo sostenible en la región, CAF integra a la empresa privada, las comunidades ancestrales, los científicos, los gobiernos nacionales y locales, los jóvenes y, en general a toda la sociedad para que, desde sus conocimientos, saberes y experiencias, aporten a la búsqueda de soluciones con miras a afrontar los desafíos que trae el cambio climático.
En línea con esta visión, la institución visibiliza a las comunidades indígenas y afrodescendientes, guardianas fundamentales de la naturaleza que protegen el 80 por ciento de la biodiversidad global. Entre otras, gracias a su sabiduría ancestral, el 36 por ciento de los bosques intactos que aún quedan en el mundo están en sus territorios
También impulsa la participación de comunidades locales que han sido tradicionalmente defensoras de los ecosistemas, como las piangüeras del Pacífico colombiano. Durante el primer Encuentro de Piangüeras del Pacífico, promovido por CAF en el marco de la COP16, se creó la Red Regional de Piangüeras, que permitirá a estas mujeres fortalecer su actividad y dar mayor visibilidad a su trabajo, dignificando su labor de protección ambiental.
Con los gobiernos también desarrolla importantes proyectos, como la Red de Biodiverciudades, impulsada por CAF, en alianza con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat). Allí participan 17 países y 185 gobiernos locales.
Los científicos también han sido convocados por CAF. En agosto pasado en Bogotá reunió representantes de diversas áreas científicas, miembros de la sociedad civil y líderes institucionales de América Latina para discutir el papel de la ciencia en la protección de la biodiversidad en el simposio ‘La voz de la ciencia para una biodiversidad positiva en América Latina y el Caribe’. Al finalizar, 20 científicos suscribieron la Declaración Chicó-Bogotá, que es un llamado urgente a la movilización de la sociedad en respuesta a la crisis ambiental global.
En este especial se muestran algunas acciones y voces, como un ejemplo de lo que desde diferentes perspectivas se puede lograr por la salud del planeta.
Entrevista a Sergio Díaz-Granados, presidente CAF
El samario Sergio Díaz-Granados llegó hace tres años a la presidencia de CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe-. iStockCAF habla de convertirse en un banco verde.¿ De qué se trata?
Cuando asumí la presidencia del banco hace tres años, comenzamos con una redefinición estratégica que se extiende hasta 2026, y hemos estado cumpliendo con ese plan. El primer paso fue capitalizar el banco, es decir, obtener más recursos para realizar más operaciones y programas, especialmente en torno al concepto de un banco verde y azul para América Latina y el Caribe. Esto ha significado un cambio, orientándonos hacia más operaciones verdes.
¿Qué significa esto?
Se trata de operaciones que nos preparen para la adaptación al cambio climático, un desafío que ya estamos enfrentando en América Latina y el Caribe. La ciencia ha desempeñado un papel fundamental en ayudarnos a entender de dónde venimos y hacia dónde vamos en este aspecto. En los últimos dos años, la región ha sufrido impactos muy fuertes, sobre todo al percibir la crisis ambiental como una crisis hídrica, con problemas de gestión del agua, que incluyen tanto excesos en forma de inundaciones como grandes sequías e incendios forestales en diferentes partes de la región. Solo este año, los costos derivados de estos problemas ascienden a cerca de 7.000 millones de dólares, una cifra similar a la que los países están destinando para que un banco como CAF crezca en los próximos 10 o 15 años, con el fin de ofrecer soluciones a esta encrucijada que enfrentamos.
¿Por esta visión crearon su eslogan ‘la diversidad nos une’ para la COP16?
Sí, porque esencialmente, la naturaleza no reconoce fronteras. De hecho, el banco trabaja en 14 ecosistemas estratégicos, desde México hasta Argentina, abarcando no solo el territorio continental, sino también las zonas insulares y, por supuesto, los dos océanos. América Latina y el Caribe necesitan una visión integrada de sus ecosistemas. El más emblemático es el Amazonas, que abarca ocho jurisdicciones y alberga casi 50 millones de personas en países como Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Guyana y Brasil. Hay otros ecosistemas igualmente importantes que nos conectan e integran, como los páramos, que se extienden desde Venezuela hasta Perú; la Patagonia, la región mesoamericana, en fin. Es fundamental ver la región como un gran ecosistema integrado, lo que facilita la preparación de proyectos para el financiamiento.
En Colombia CAF tiene otros proyectos que no son específicamente ambientales...
Estamos implementando programas importantes, y hace un par de meses firmamos una operación con el Ministerio de Educación para un proyecto de infraestructura. Es la primera vez que CAF interviene en esta área, con una inversión de 80 millones de dólares para ampliar no solo la construcción de escuelas, sino también de universidades, lo que ha sido una prioridad del gobierno. Estamos avanzando en proyectos de infraestructura y también trabajando en financiamientos con alcaldes en Bogotá, Cali, Barranquilla y Cartagena. Además, estamos impulsando proyectos de vías terciarias en Cundinamarca y desarrollando iniciativas relevantes en salud e infraestructura. Siento que el banco está recuperando un papel clave en Colombia y se convertirá en un actor central en los proyectos más emblemáticos de la región en los próximos años.
periodista externo ace