La muerte de la Gorda Fabiola dejó un vacío gigante en miles de personas, debido a lo dolorosa que fue su partida. La humorista cerró sus ojos en septiembre de 2024, marcando una huella en todos aquellos que siempre la acompañaron y rodearon.La celebridad partió tras presentar diferentes problemas de salud, los cuales hicieron que su cuerpo colapsara y el organismo no reaccionara de la forma esperada. A pesar de que recibió bastante atención médica, no logró salir adelante como en ocasiones pasadas.Tras varias semanas desde que la Gorda Fabiola murió, Polilla concedió algunas entrevistas en las que plasmó su proceso de sanación y recuperación por perder al amor de su vida. Nelson Polanía, nombre de pila del famoso, fue claro en que seguía lidiando con el dolor, enfrentando los recuerdos que lo golpeaban emocionalmente.En diálogo con Entre valientes, con Adriana Bustos, Polilla navegó en su historia de amor con la Gorda Fabiola, contando detalles que pocos sabían sobre sus últimos días. El comediante se sinceró sobre el deterioro de salud que tuvo su esposa, revelando lo complejo que fue.“En mayo le dan unos diagnósticos muy regulares, tenía que entrar en un proceso nutricional. Le tocaba comer mucha proteína y no le gustaba, comenzó a comer mal y entonces eso le generó problemas de desnutrición. Empezó ese proceso así, hasta que se va a España, regresa y estuvo muy enferma. Allí vivió las tres hospitalizaciones en junio, agosto y septiembre, el último”, contó ante cámaras.“Las cosas se comienzan a complicar, estaba ya jugando como siempre en esa línea. Estuvo muy enfermita, llevaba como cuatro meses sin estar en ‘Sábados Felices’, en Caracol nunca nos pusieron problema... aunque ella quería ir a trabajar, pero tenía que ponerse bien”, indicó.A pesar de que su pareja siempre se mantenía positiva para sanar y salir de la clínica, esta ocasión fue distinta y dejó en evidencia que algo más pasaba. Aunque no les habían dado malas noticias, el cuerpo de la samaria no estaba respondiendo ya como al inicio.“Ella empezó a decaer mucho, siguió malita. Ella estaba muy mal, y la última vez, que fue el deceso, no tenía la fuerza, no podía caminar bien. Prácticamente, fue casi obligada y yo la llevé a la clínica, se me desmayó y me tocó ayudarla a bañar”.Polilla puntualizó que la hospitalización de septiembre le dejó un gran miedo, pues notaba que la Gorda Fabiola no tenía la misma energía y poco a poco había cambiado su optimismo. Semanas antes había detectado conductas inesperadas, las cuales despertaron pensamientos en su hijo y él.“Es difícil, sobre todo cuando yo ya no la veía con ese ímpetu de las veces anteriores. Esa última vez fue mi miedo mayor, ya la veía muy tranquila, no decía absolutamente nada. Una semana antes, en la madrugada, me desperté y me estaba viendo, aunque le pregunté si no podía dormir, me decía: ‘Te estoy contemplando’ (...) Eran unas cosas que nos marcaban mucho”, señaló.El colombiano fue enfático en que su pareja había estado extraña, al punto de que días antes les soltó a sus familiares que ella en esa ocasión sí se iba a morir y no saldría como había sucedido años atrás. Aunque no reveló detalles al respecto, sí aseveró en que este fue su mayor miedo.“Una vez, un domingo, nos dijo a mi hijo y a mí como: ‘Esta vez yo creo que sí me les voy a ir’, no sé si ella lo presentía, pero no estaba como antes. Ese era mi miedo mayor”, agregó, plasmando una especie de presentimiento que cargaba la humorista.