La ISS enfrenta graves problemas de seguridad, con fugas y grietas preocupantes
La estación espacial internacional (ISS) está mostrando signos de desgaste tras casi 25 años en órbita. NASA y Roscosmos han identificado más de 50 áreas de riesgo en su estructura, incluyendo grietas y fugas de aire en el módulo ruso Zvezda, que alberga sistemas críticos.
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A pesar de reparaciones temporales, como el uso de sellantes y parches, las fugas no han dejado de aumentar. Aunque NASA asegura que no hay un peligro inmediato para la tripulación, se han tomado medidas de precaución, como mantener a los astronautas en la sección estadounidense del laboratorio orbital. ¿Cuánto más tiempo será seguro operar esta estación en el espacio?
La integridad de la ISS podría estar en peligro
Desde su primer módulo en 1998, la ISS ha sido un hito en la exploración espacial. A 400 kilómetros de la Tierra, su misión es importante para la investigación científica y la cooperación internacional. Sin embargo, con más de dos décadas de uso continuo, su infraestructura presenta problemas cada vez más graves. En particular, el módulo ruso Zvezda ha sido el epicentro de fugas de aire desde 2019. Los astronautas han reportado grietas visibles y daños por impactos de micrometeoritos y basura espacial, especialmente en ventanas y paneles. Este módulo, esencial para el soporte de vida y las operaciones de carga, ha requerido constantes reparaciones temporales, aunque hasta ahora estas no han detenido las pérdidas de aire. Según un informe reciente, el nivel de riesgo se ha elevado al máximo en la escala de seguridad de NASA.
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Las fugas de aire y grietas en la ISS son una amenaza creciente para la tripulación. La NASA y Roscosmos han identificado 50 “áreas de preocupación”, principalmente en el módulo Zvezda, donde el flujo de aire perdido alcanzó un récord de 1.7 kg por día en abril de 2024. Aunque NASA y Roscosmos han reforzado los protocolos de seguridad, la situación plantea serios desafíos. Si el problema empeora, la estación podría sufrir una pérdida rápida de oxígeno, obligando a los astronautas a evacuar hacia cápsulas de emergencia, como la SpaceX Dragon y la Soyuz rusa. El alto costo y la falta de naves listas para responder limitan la capacidad de rescate rápido en caso de fallas estructurales graves. Expertos en seguridad espacial advierten que estos problemas podrían adelantar el retiro de la ISS, planeado para 2030, debido a su creciente vulnerabilidad y a la dificultad de mantener una estructura tan antigua y deteriorada en el espacio.
Para mitigar el riesgo, NASA y Roscosmos han implementado medidas como mantener el módulo Zvezda cerrado cuando no es necesario y limitar el acceso a áreas críticas. Además, los astronautas tienen protocolos de evacuación y entrenamiento constante para responder ante emergencias. Los incidentes recientes han intensificado la necesidad de un plan de reemplazo para la ISS, y NASA ya ha contratado a SpaceX para que adapte sus cápsulas como vehículos de escape. Pero la viabilidad a largo plazo de esta estrategia es incierta. Expertos en seguridad, como Laura Forczyk, creen que el deterioro de la ISS y las tensiones entre EE.UU. y Rusia podrían poner fin a esta colaboración antes de lo previsto. A pesar de los riesgos, NASA y Roscosmos aseguran que la tripulación no está en peligro inmediato y se mantienen optimistas sobre extender la misión hasta 2030, aunque cada vez es más claro que la ISS enfrenta sus últimos años en órbita. <br…