“Yo no sé cuánta gente llegará a leer hasta el final de esta entrevista. Cuánta gente que lee los primeros tres párrafos llegará al 70% o al 100%”. A Freddy Vega le preocupa la falta de concentración de las personas. Cree que cada vez se consumen más formatos cortos, principalmente en redes sociales, y que se ha perdido la capacidad de crear. “La cantidad de personas que lee libros ha bajado. Y ahora ver a los adultos mayores adictos a TikTok es una vaina loca”.
Nos lo dice en una entrevista que le hacemos después de su reconocimiento como Emprendedor del Año 2024 por parte de Forbes Colombia. Aunque muchos lo referencian como un gurú empresarial por su éxito con Platzi, la plataforma educativa que ya cuenta con más de 5 millones de usuarios, a él no lo trasnochan este tipo de halagos. Es sencillo y apasionado por comentar los problemas que enfrenta el mundo y cómo su compañía trata de dar una mano para cambiarlo.
Freddy creció en Suba, una de las localidades más grandes de Bogotá, ubicada al noroccidente. Tuvo su primer computador a los 16 años y lo pagó con su propio trabajo. Pero la primera vez que usó uno fue a inicios de los 90, cuando tenía 6 años, en el centro de la capital. “Recuerdo que tenía la capacidad de escribir mi nombre, de imprimir y además el computador tenía juegos. Me pareció interesante utilizarlo, pero, sobre todo, pensar cómo se creaban juegos, aplicaciones o programas”.
Con el tiempo descubrió que había gente que se dedicaba a eso y se llamaban programadores. Entonces se empapó de ese mundo, se informó y aunque le tomó tiempo tratar de “conectar una cosa con la otra”, finalmente dio el paso y consiguió estudiar ingeniería. Esa pasión ha sido su sustento, aunque no por los caminos del trabajo formal, pues nunca ha sido empleado.
Un computador hace diferencia
“Frente a esa época creo que la educación ha avanzado. Recuerdo que en ese entonces tener un computador y poder usarlo en el colegio era extremadamente difícil, nos tocaba compartirlo. Eso sí, aún tenemos problemas de accesibilidad, en su momento encontré datos del MinTIC que decían que solo un tercio de las familias colombianas tiene computador en la casa. Eso es muy problemático desde una perspectiva educativa porque el computador es fundamental para crear cosas en la economía digital”.
Él sabe más que nadie que el computador da acceso a “una infinidad de cosas que el teléfono no”. También recalca que hay una brecha inmensa entre colegios privados y públicos. En los primeros ya hay varios que hasta desarrollan software y programan, mientras los públicos tienen dificultades para contratar docentes con perfiles para avanzar en esa dirección.
“Pero programar se necesita solo una cosa. Hay que pensar en que, si una persona quiere ser contadora, no puede serlo si no tiene computador, y así mismo con marketing digital, ciencia de datos o diseño gráfico. Los teléfonos no bastan porque son dispositivos de consumo, no de creación, pese a que la Inteligencia Artificial podría ayudar con eso”, continúa Vega.
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El detrás del genio
En la universidad Freddy solo quería crear cosas por internet: “Empecé a estudiar programación. Yo ya sabía programar cuando entré a la universidad y ya había trabajado en proyectos de desarrollo de software. Entré más porque tenía la curiosidad de ver cómo era y me terminaron echando dos veces”.
En efecto, unos años antes, cuando estaba en 10 grado de bachillerato, su madre consiguió que fuera a estudiar programación por las noches, después de salir del colegio. “Entonces yo aprendí cosas y leía libros por mi cuenta. Mi primer proyecto fue un software de control de cafés internet y también creé una cosa que no sabía qué era, pero después me di cuenta de que era una red social para compartir el perfil de compañeros de la universidad. Luego construí una comunidad de personas que compartían tutoriales y guías de cómo hacer cosas en internet, a inicios de 2004. Esta última fue mi primera empresa en serio”.
Este emprendedor siempre ha contado su vida laboral y proyectos, pero en esta conversación se sinceró: “Siendo específico, yo nunca he trabajado como empleado para nadie. Nunca tuve un sueldo, un contrato o un horario. La primera vez que tuve un sueldo fue en Platzi, porque lo que siempre he hecho son proyectos que me parecían interesantes”.
El exitoso Platzi
Freddy, junto a su socio guatemalteco Christian Van Der Henst, fundó Platzi en 2011, inicialmente bajo el nombre de “Mejorando.la”. La idea surgió de una transmisión en vivo semanal que hacían, y con el tiempo, se convirtió en una de las startups más prometedoras de la región.
Hoy, este ingeniero, que también estudió en instituciones de renombre como Harvard y Stanford, ha sido reconocido como uno de los jóvenes emprendedores más influyentes del mundo. Su visión es clara: transformar la educación y hacerla accesible para todos.
De hecho, la visión de la plataforma que hoy supera los 5 millones de usuarios es que, si una persona estudia allí por lo menos una hora diaria durante un año, mejorará sus ingresos entre 2 y 10 veces y tendrá un impacto significativo casi que para toda su vida.
Además, Platzi ha tenido un gran impacto social, otorgando más de 700.000 dólares en becas a 20.500 personas de comunidades vulnerables.
Una lista de curiosidades sobre Freddy compartida por Platzi, describe que antes de ser el socio de Christian, era su competidor. El bogotano es aficionado al tiro deportivo, a la astronomía y al lanzamiento de drones. Además de ser CEO de la plataforma, es uno de los más reconocidos profesores y se encarga del reclutamiento.
En su equipo lo definen como un líder que constantemente impulsa a los demás cuestionarse y a retarse. “Nos enseña que el verdadero crecimiento no se encuentra en la zona de confort ni en un trabajo fácil, sino en la capacidad de liderar, apoyar y colaborar en equipo”, le dice a EL COLOMBIANO una persona de Platzi.
Resalta que Freddy valora el feedback como una herramienta esencial para alcanzar mejores resultados “y nos anima a no temer al riesgo o al error, sino a la inacción y a la falta de aprendizaje. Freddy nos recuerda que cada acción tiene valor y nos motiva a medirnos, desafiarnos y salir de nuestra zona de confort. Nos enseña que trabajar más no siempre es sinónimo de mejores resultados, sino que el enfoque y la dedicación son clave”.
El dilema de la educación
Cuando terminamos de pasar por su trayectoria, empezamos a preguntarle a Freddy sobre los grandes desafíos que enfrentan el país y el mundo.
Como si de una clase se tratará empieza a explicar los avances de los últimos años, pero también la inmensa cantidad de retos. Todo está conectado. El mundo se transforma y hay que garantizar que las nuevas generaciones estén listas.
“La humanidad y la tecnología cambian y hay que hacer autoevaluación de lo que hacemos. La educación también cambia. Yo recuerdo que cuando estaba en el colegio no habíamos descubierto muchas estructuras del universo que hoy conocemos, como un agujero negro por dentro, tener mayor conocimiento del universo cuántico, tener computadores en el reloj o las criptomonedas”.
Hoy, afirma, la brecha más complicada es la forma en la que los niños y adolescentes usan su tiempo durante su educación básica primaria y secundaria. Apunta que lo que marca la diferencia es que un niño duerma bien, coma bien y tenga un aire limpio para que puedan recordar lo que aprende y que el cerebro y el cuerpo se desarrollen. “Eso es el diferencial y tiene más peso, por ejemplo, que enseñarles cálculo”.
Con Freddy hubo espacio para hablar de todo y aprovechando que es un referente en el sector educación, le consultamos sobre el fenómeno de la baja natalidad que vive Colombia –aunque como bien recuerda él, no es solo un problema nuestro–. El Dane dice que en cada uno de los últimos siete años han nacido menos bebés. Incluso en 2023 la caída fue del 11% y eso ya se siente en factores como matrículas de los colegios.
“Es terrible, si uno quiere saber qué impacto va a tener eso toca mirar a los países que ya tienen más tiempo con este problema, por ejemplo, Corea del Sur y Japón. Ellos viven hace décadas con eso y no logran solucionarlo. Habrá menos niños y adolescentes y, por consiguiente, menos negocio para los colegios, que se pondrán más caros”, vaticina.
Cree que alrededor de este fenómeno hay “muchas excusas falsas”. Por ejemplo, “la gente menciona que le está haciendo un favor al planeta no trayendo hijos o que con esta economía cómo va a tener hijos. Eso no tiene nada que ver, la realidad es una combinación de que la vida es más difícil. Una persona normal, en el año 2024, debe tomar una inmensa cantidad de decisiones: cuál es mi sistema de pensiones, compro cripto o no, cuántas contraseñas tengo, cómo evitar que me estafen por internet... un montón de decisiones complicadas que hacen que planear el futuro sea difícil”.
A esto se le suma “que ahora hay personas que viven mucho tiempo en la casa de sus papás, por múltiples razones, como algunos costos de vida que crecen a tasas más altas que otros como pasa con la vivienda. Es más caro independizarse ahora, y de tiempo atrás las familias han venido teniendo menos hijos, entonces es más fácil que esas familias les den a esos hijos más servicios. La gente antes tenía 8 o hasta 10 primos, hoy tiene 1, 2 o 0”.
Para Freddy, esta discusión es de la mayor relevancia y hay varios fenómenos más por evaluar, como que la calidad de la fertilidad ha caído drásticamente por el aumento en el consumo de drogas y la exposición a dióxido de carbono, que terminan teniendo serias implicaciones sobre la nueva población. “Esto pasa mientras la complejidad de las carreras es cada vez más alta. Antes la gente antes trabajaba en un empleo, es probable que en los próximos años deban tener múltiples trabajos”.
La reflexión es interesante y el líder de Platzi plantea que con la disminución de la población cada vez será más común que las personas de ciudades intermedias migren hacia grandes urbes como Bogotá. Entonces estas últimas se sobrepoblarán. “Lo que toca es adaptarse, es lo que hay. Eso sí, creo que las familias que tengan más hijos van a tener más riqueza. Es una inversión brutal, pero al final la familia es el factor de riqueza multigeneracional. Quienes lo logren tendrán una ventaja frente a los que lleguen a una edad avanzada sin hijos”.
El gran objetivo de Platzi
A sus 38 años parece haberlo conseguido todo con Platzi, pero se traza nuevas metas. “Nuestro siguiente paso es asegurarnos de que Platzi sea una herramienta en las manos de todos los empleados de Colombia. Imagínate que todos los trabajadores de Ecopetrol, EL COLOMBIANO, Caracol, RCN, Alpina o Alquería tuvieran Platzi como parte de su trabajo... El trabajo de periodismo, por ejemplo, de la forma como se hace hoy a como se hacía en 2004 ha cambiado un montón y lo seguirá haciendo. Por ejemplo, veamos lo que le pasaba antes a la radio y ahora a los pódcast; lo que le pasaba a la televisión y ahora a los formatos de videos cortos. Esto pasa en todas las carreras”.
Platzi está trabajando, por ejemplo, con el equipo de la multinacional de grasas y aceites vegetales Alianza Team, a quienes capacita en Inteligencia Artificial; también con el equipo de Davivienda, para que toda su fuerza laboral domine el inglés; o con Bancolombia, para que sus usuarios aprendan de educación financiera y manejen el crédito y el ahorro.
Si nosotros logramos impactar todos los empleos, podremos convertir a Colombia en una potencia en tecnología. Si las empresas crecen y crean trabajos de calidad, rompemos el ciclo de pobreza. Y si logramos que estos empleados lleven Platzi a sus familias, tendremos entonces un fenómeno multiplicador. Ese es un proyecto con el que estamos arrancando y tenemos muchísima ilusión”, nos dice al final de esta charla.
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