“¿Quieres conocer nuevas personas en Medellín?”, así inicia uno de los cientos videos de TikTok que desde hace un par de semanas se han vuelto frecuentes en mi sección de “Para ti” de esa red social. Los protagonistas de mi algoritmo se han empeñado en mostrarme nuevas formas de socializar. En su generoso esfuerzo me han sugerido diversas alternativas: clubes de running, citas rápidas, clases de cocina...
A pesar de mi timidez, no puedo negar que todas estas posibilidades me causan, cuando menos, curiosidad. Hace unos años, cuando en numerosas ocasiones me puse en la tarea de conocer nuevas personas, lo único que cruzó mi mente fue descargar una aplicación de citas. Ahora pienso que si deseara encaminarme nuevamente en esa compleja tarea tal vez cedería a una de las recomendaciones de mi TikTok.
Pero lo que realmente me intriga es el origen de estas nuevas opciones. Cuando pienso en una cita rápida lo primero que recuerdo es aquel episodio de la segunda temporada de Sex and the City donde Miranda Hobbes va a uno de estos eventos con la esperanza de encontrar al match perfecto. Atemorizados por su profesión de abogada, todos los hombres detenían a los pocos segundos la conversación y pasaban donde otra mujer. Esta escena, transmitida hace más de 20 años, me parecía anacrónica hasta que me enteré que ha vuelto de moda en la ciudad este tipo de encuentros.
No solo ocurre en Medellín: medios de comunicación españoles y estadounidenses como El País y el New York Times han reportado sobre la reaparición de empresas que por unos cuantos dólares ofrecen a solteros múltiples encuentros cortos en una noche organizados en restaurantes o bares. Las historias que he leído sobre lo que está sucediendo en ambos países aseguran que esto se debe al cansancio de “ligar” por internet.
¿Qué sucedió en Medellín para que ahora vayamos a citas rápidas, caminatas y cenas para conocer nuevas personas?
En la ciudad hay una casamentera
Luego de trabajar durante 15 años como ingeniera de sistemas en Sura, Cristina Poveda descubrió que su verdadera vocación era ser casamentera.
Todo comenzó en una salida con amigas tiempo después de haber renunciado a su trabajo. Cristina recuerda que uno de los temas de conversación esa noche fue lo difícil que era conocer hombres en Medellín. “Todas estábamos en los treintas y ya teníamos una carrera profesional construida. Pero ese día hablamos sobre lo aburridoras y poco efectivas que habían sido las aplicaciones de citas para nosotras”, relata.
Sus amigas solo tenían una petición: querían un espacio seguro en el que pudieran conocer potenciales “partidos”. Cristina las escuchó y sin darle muchas vueltas al asunto les dijo que ella podría organizar un encuentro. Así fue.
Una semana después juntó a sus amigas con un par de hombres conocidos para hacer una sesión de citas rápidas. Ese fue el inicio de lo que ahora es Generando Conexiones (@generandoconexiciones en Instagram), el matchmaking service más antiguo de Medellín.
A partir de 2017, Cristina inició una búsqueda de hombres y mujeres entre 25 y los 48 años en redes sociales. A medida en que fueron pasando los primeros encuentros, se dio cuenta que era necesario filtrar a los participantes: por esto, estableció rangos de edad y puso la norma de que para asistir a las citas era necesario contar con un título profesional.
Estas condiciones se mantienen, pero en estos siete años Generando Conexiones ha duplicado sus usuarios y servicios. Además de ofrecer las Singles Nights -el nombre que le colocó Cristina a ese primer encuentro que resultó de la noche en que salió con sus amigas y que ya cuenta también con una versión virtual-, ahora organiza eventos por intereses comunes. Estos consisten en encuentros en los que la excusa principal es realizar alguna actividad como una caminata, una cata de vinos o un cineforo. La idea es que los asistentes disfruten esta experiencia y, adicional a eso, conozcan nuevas personas afines a sus gustos e intereses.
Por otra parte, también hay un servicio personalizado de Matchmaker, en el que la misma Cristina se encarga de encontrarle a sus clientes una persona con características particulares para asegurar su compatibilidad.
En estos siete años, Generando Conexiones ha tenido más de 12.000 usuarios. A pesar de que solo se encuentra en Medellín, personas de otros países como Estados Unidos, México, Suecia e India han intentado conocer nuevas personas en los encuentros organizados por Cristina.
“Hemos tenido muchos casos de éxito. Han resultado matrimonios, hijos, noviazgos. No podría decir cuántos porque llega un punto en que es muy díficil seguirle la pista a tantas personas. Pero lo que siempre he querido con Generando Conexiones es que todos tengan la oportunidad de volver a conectar con personas reales, en la presencialidad, dejando de lado todo este mundo”, contó Cristina mientras señalaba a su teléfono.
Cena con un desconocido
“¿Tus opiniones suelen estar guiadas por...?”. Esta es una de las preguntas que apareció en el centro de mi pantalla cuando reservé una cena con cinco desconocidos.
“Lógica y hechos”, respondí e inmediatamente comencé a imaginar en qué clasificación me iría a colocar el algortimo de la aplicación. Si a esa respuesta le sumo que soy tauro, que me gusta el cine de autor y que considero que soy un poco más inteligente que divertida, ¿junto a quién me van a sentar?
Timeleft es una aplicación creada por el fránces Maxime Barbier en 2022. Actualmente se encuentra funcionando en 275 ciudades de 60 países. Este año aterrizó en Colombia, donde puede utilizarse en Medellín, Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Manizales y Pereira.
La cosa es así: el usuario debe registrarse en el sitio web o en la aplicación de Timeleft y con base a las respuestas de las preguntas de la compañía ellos se encargarán de reservar una cena el miércoles en la noche junto a cinco desconocidos.
Juliana Vásquez, Lead Experience Manager de la app en Latinoamérica, le contó a EL COLOMBIANO que el 70% de sus usuarios colombianos se encuentran entre los 25 y 40 años. En los pocos meses que lleva Timeleft en Colombia más de 20.000 usuarios han participado en sus cenas secretas.
Para los jóvenes no es más fácil
María Camila Buitrago, Cándida Toro y Vanessa Romero son tres jóvenes paisas que, ante su necesidad de relacionarse con otras personas, crearon un proyecto que abre esta posibilidad a los jóvenes de la ciudad.
Son las creadoras de Joy Club, una iniciativa que busca crear “experiencias para salir de la rutina y conocer personas nuevas”. Por medio de un formulario donde te cuestionan sobre tus gustos e intereses, las tres creadoras realizan filtros para elegir a las personas que podrán participar en los eventos. Su primera edición será a finales de noviembre y para esta ya cuentan con más de 100 inscripciones.
La idea es que cada encuentro sea “un parche en el que todos los participantes puedan reunirse a hablar y conocerse”. El principal objetivo es socializar: no solo conocer a quién podría ser tu próxima pareja, sino hacer nuevos amigos.
Volver al encuentro
Para la psicóloga social y sexóloga Alba Centauri, el hecho de socializar y querer volver a conocer personas sin ayuda de la internet significa que estamos conscientes de una de las necesidades básicas que tenemos como humanos: relacionarnos. “Durante la pandemia pasamos mucho tiempo aislados. Ahora queremos regresar a los espacios físicos, queremos salir de las pantallas para crear nuevos vínculos”, asegura.
Y es como dijo la experta, finalmente ninguna de estas formas de socializar es nueva: desde hace más de 20 años existen las citas rápidas y desde hace siglos las personas se reúnen para compartir alrededor de sus intereses. La novedad del giro para volver al encuentro es el contexto. Una encuesta publicada en 2023 por Meta-Gallup reveló que el 27% de los jóvenes entre los 19 y los 29 años se sienten solos. Y a pesar de que las alternativas que ofrecen las redes sociales para conocer personas continúan vigentes, hay quienes prefieren volver a la presencialidad.
Mariana*, una joven de 23 años que ha participado en eventos de citas rápidas realizados en la ciudad y que también ha usado aplicaciones de citas para conocer personas, considera que socializar en estos encuentros presenciales es más efectivo para asegurar una conexión verdadera. En cambio para Jacobo Rivera, usuario de 26 años de aplicaciones de citas, estas continúan siendo una buena opción “para las personas que son tímidas” y que no se sientan seguras a la hora de dar el primer paso en persona.
Las personas detrás de Generando Conexiones, Timeleft y Joy Club coinciden en un mismo punto: la tecnología ha reducido tanto nuestro contacto, que ahora anhelamos conexiones reales que tengan origen por fuera de nuestros teléfonos.
En mi cena con Timeleft no pude evitar notar que en el juego de preguntas que hicimos todos evitamos contestar las más personales. “¿Cuál es el cambio espiritual más grande por el que estás pasando en este momento”, era una de ellas. Silencio en la mesa. A pesar de que poco a poco deseemos regresar a lo físico, las conexiones cuestan. Para crear vínculos reales necesitamos más que un par de encuentros presenciales. Pero, tal vez, vamos en buena dirección.