Los países nórdicos se han convertido en un modelo de sostenibilidad en el escenario global, destacándose por sus innovaciones y políticas que integran desarrollo económico y cuidado ambiental, y preciso por eso, en la pasada COP16, estos países se presentaron con un mensaje claro: la transición hacia una economía verde y baja en carbono es posible y puede ser económicamente rentable.
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En una entrevista exclusiva con EL COLOMBIANO, Antti Kaski, embajador de Finlandia, compartió cómo la cooperación internacional es esencial para enfrentar la crisis climática y cómo países como Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca han implementado políticas avanzadas de economía circular, energías renovables y gestión de recursos que buscan inspirar a otros países, incluido Colombia, pues con medidas como la eliminación del carbón para 2029 y un sistema de reciclaje casi total de materiales, Finlandia, en particular, representa un enfoque integral hacia la sostenibilidad, enfocado en la reutilización y la eficiencia.
Kaski, además, subrayó la importancia de la colaboración y el intercambio de conocimientos entre naciones para fortalecer las capacidades de países en desarrollo en su camino hacia un mundo más amigable con la naturaleza, por lo que reveló lecciones clave que los países nórdicos han aprendido en su recorrido hacia una economía limpia y cómo esperan que su experiencia sirva para cimentar nuevas alianzas y profundizar en los lazos de cooperación en la lucha conjunta contra el cambio climático.
“Los países nórdicos tenemos objetivos ambiciosos en esta transición. La economía verde está respaldada por legislación e incentivos claros, y en Finlandia, por ejemplo, dejaremos de utilizar carbón como fuente de energía a más tardar en 2029. Sin embargo, cada país necesita encontrar su propio camino de transición. Creo que una de las claves es pasar de una economía lineal a una economía circular. Aún en los países nórdicos, desechamos demasiado material que podría reutilizarse o convertirse en energía. Este es un campo en el que necesitamos trabajar más y que considero vital para el futuro de todos”.
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“Los países nórdicos estamos a la vanguardia en políticas medioambientales. Cada país tiene iniciativas particulares que han sido exitosas, como el sistema eficaz de reciclaje de botellas y latas en Finlandia, donde se recolecta y reutiliza el 98% de las botellas de vidrio. Dinamarca es líder en energía eólica, y en Suecia se recicla el 99% de los residuos. Estas iniciativas no solo ayudan al medio ambiente, sino que también fortalecen el desarrollo económico”.
“Sí. La principal es la cooperación internacional, que es esencial. Ningún país puede enfrentar la crisis ambiental solo, y los países nórdicos estamos comprometidos con la acción y los acuerdos internacionales. Esta colaboración y la implementación efectiva de políticas nacionales son fundamentales para avanzar. La educación también es clave para que los ciudadanos comprendan la importancia de estos cambios”.
“Cada país tiene condiciones propias. Por ejemplo, en los países nórdicos, necesitamos una combinación de fuentes de energía por razones de seguridad energética. En Finlandia cubrimos gran parte de la demanda con energía hidroeléctrica, eólica y nuclear. Es importante que, en cualquier transición energética, haya fuentes que respalden la estabilidad de la red, ya que el viento no siempre sopla ni el sol siempre brilla. Los desafíos son muchos, pero se pueden superar adaptando la combinación de fuentes y mejorando la eficiencia energética”.
“Todos nuestros países tienen proyectos bilaterales con Colombia. Noruega y Suecia son activas en temas de paz y conservación, mientras que Finlandia y Dinamarca también colaboran en proyectos ambientales. Un proyecto destacado, por ejemplo, es el de reforestación en la Amazonía, financiado por la Unión Europea, en el cual Finlandia aporta experiencia adicional para asegurar la inclusión de grupos vulnerables. Este tipo de cooperación es clave para abordar los desafíos ambientales en Colombia”.
“En los países nórdicos, la industria y el sector productivo apoyan la transición energética y los altos estándares ambientales. Las innovaciones que surgen de estos esfuerzos crean nuevos mercados, y quienes adoptan estos estándares temprano suelen ver los beneficios primero. En Finlandia, por ejemplo, aspiramos a generar 3.000 millones de euros a través de la economía circular para 2030. Hoy en día, entendemos que el medio ambiente y la economía no son opuestos, sino que deben trabajar juntos”.
“La economía circular es el futuro y supone un cambio en nuestra forma de ver el consumo. Aunque es una idea antigua (antes la gente reparaba y reutilizaba mucho más), hoy necesitamos sistemas avanzados de recolección y reutilización, y aquí la tecnología digital es esencial. Las aplicaciones digitales, por ejemplo, facilitan saber qué materiales están disponibles y cuándo, aumentando la eficiencia en toda la cadena de consumo. Para lograrlo, es necesario que todos los sectores trabajen juntos”.
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“En primer lugar, creo que no hay alternativa si queremos seguir viviendo en este planeta. La eficiencia energética, por ejemplo, trae beneficios financieros directos y muchas soluciones no son más caras que las tradicionales. Al final, el cambio depende de nuestras actitudes y educación. Necesitamos replantearnos nuestra forma de consumir y de producir desechos para crear un impacto positivo duradero”.