La liga colombiana enfrenta un conflicto en la recta final de la temporada. Aunque matemáticamente Patriotas aparece como el primer descendido, el club boyacense no lo asume como una conclusión definitiva. La interpretación de los números y el reglamento han dado lugar a una compleja situación entre Patriotas, Envigado y Jaguares, quienes se juegan su permanencia en la primera división, cada uno con argumentos propios y escenarios particulares.
Tras su victoria de 2-1 sobre el Deportes Tolima en Tunja, Patriotas se aferra a la esperanza de evitar el descenso, aunque los resultados de otros equipos han puesto en entredicho su futuro en la categoría. El mismo día de su triunfo, Envigado venció 2-1 al Deportivo Cali, lo que parecía sellar el descenso de los boyacenses. Sin embargo, el presidente de Patriotas, César Guzmán, mantiene una postura firme: aún hay un camino que les permitiría quedarse en la A, si se cumplen ciertos resultados en la última jornada.
Patriotas necesita una serie de resultados específicos para mantenerse en la primera división. La combinación de estos factores se resume en el siguiente escenario: si Patriotas vence al Deportivo Pasto como visitante, mientras Jaguares pierde ante Santa Fe en Bogotá y Envigado cae derrotado frente a Independiente Medellín en el Atanasio Girardot, el promedio de Patriotas superaría al de Jaguares, alcanzando 1,00 contra 0,99. En el caso de Envigado, el promedio de ambos equipos quedaría empatado, y el desempate se decidiría a partir de los puntos acumulados en 2024. Aquí es donde Patriotas afirma tener la ventaja, ya que su equipo sumaría 38 puntos, mientras que Envigado se quedaría con 29.
En Colombia, la tabla de promedios se basa en los puntos acumulados durante los últimos tres años, divididos por el número de partidos jugados. Sin embargo, la ambigüedad en el cálculo y el redondeo de cifras han creado una zona gris en el reglamento. Patriotas sostiene que el promedio final debe tomarse tal como está, sin aproximaciones, lo que les favorecería en el caso de que los decimales de la cifra no se redondeen. Por ejemplo, un promedio de 1,004 debería quedarse en 1,00 y no en 1,01, según su interpretación, mientras que una cifra de 1,009 se redondearía a 1,01. Guzmán afirma que el reglamento no contempla reglas de aproximación y que, por tanto, los valores decimales deben tomarse literalmente.
Para Envigado, la situación es clara: un promedio de 1,008 debería redondearse a 1,01, lo cual los mantendría seguros en la primera división, al menos por encima de Patriotas. Aunque en el pasado se han tomado decisiones con base en el redondeo de cifras, el hecho de que esto no esté explícitamente en el reglamento genera una gran incertidumbre. Jaguares, por su parte, también está atento al desenlace de esta disputa matemática y legal. Si el criterio de Patriotas resulta válido, Jaguares necesitaría ganar su último compromiso frente a Santa Fe para garantizar su permanencia, aunque el empate le permitiría igualar el promedio de Envigado (1,000), y podría superarlo en puntos acumulados en 2024.
Las diferencias en las interpretaciones del reglamento han dejado el escenario abierto a un posible conflicto jurídico. La misma Dimayor ha admitido que Guzmán podría tener razón en sus argumentos sobre la falta de reglas explícitas para el redondeo, lo cual anticipa un difícil pleito legal si Patriotas logra que se adopte su interpretación. Cualquiera que sea el desenlace de la última jornada, es probable que los tribunales deportivos sean llamados a intervenir, ya que cualquier decisión afectará la posición de los equipos en el descenso y podría sentar un precedente en futuras temporadas.
Mientras la liga colombiana se prepara para su último capítulo de la temporada, la pugna entre Patriotas, Envigado y Jaguares mantiene en vilo a sus hinchas y pone en evidencia la necesidad de claridad en el reglamento. La lucha por el descenso en Colombia se encuentra en un punto de tensión máxima, y las matemáticas, lejos de ser una fórmula precisa, han dado lugar a una controversia de interpretaciones que solo el tiempo –o la Dimayor– podrá resolver.