Desde que Elon Musk adquirió la red social Twitter el 27 de octubre de 2022, la plataforma ha experimentado cambios que han sido recibidos con reacciones diversas, desde un fervoroso apoyo hasta una oposición crítica.
El cambio más reciente y polémico es la función de bloqueo, una herramienta que, hasta hace poco, permitía a los usuarios bloquear cuentas no deseadas y proteger su privacidad. Sin embargo, la semana pasada X decidió que, aunque los usuarios bloqueados seguirán sin poder interactuar o enviar mensajes directos, sí podrán ver publicaciones compartidas de forma pública.
Este cambio ha generado un fuerte debate sobre la privacidad y la seguridad en la plataforma, y pone en evidencia el enfoque de Musk en una “transparencia” que, para algunos usuarios, compromete la autonomía sobre su propio contenido.
Pero este cambio es solo uno de una serie de ajustes fundamentales que el magnate surafricano ha implementado en X en los últimos dos años, incluyendo modificaciones importantes en la experiencia de usuario y monetización, sus políticas de seguridad y verificación de cuentas con check azul, así como una completa reestructuración organizativa de la empresa afincada en San Francisco, California.
La transformación de Twitter a X no solo fue un cambio de nombre, sino el primer paso en una serie de modificaciones destinadas a convertir la plataforma en una experiencia de red social más amplia y flexible, según las palabras de su propio dueño.
Musk, tras la compra de la plataforma, comentó en varias ocasiones su visión de una “app de todo”, en la que los usuarios pudieran encontrar desde entretenimiento hasta servicios de pago y contenido exclusivo. Con este propósito, se introdujeron funciones dirigidas a mejorar la experiencia del usuario y a diversificar las fuentes de ingresos de la plataforma.
Uno de los primeros y más visibles cambios fue el modelo de suscripción para funciones que antes estaban disponibles sin costo. Bajo el nombre de “X Blue”, esta suscripción ofrece beneficios exclusivos para quienes estén dispuestos a pagar una tarifa mensual.
Los suscriptores de X Blue tienen acceso a características como la posibilidad de escribir tuits de hasta 10,000 caracteres (comparado con el límite tradicional de 280), la opción de editar publicaciones, y la capacidad de publicar videos de mayor duración y calidad.
Estas funciones buscan posicionar a X como una plataforma de contenido robusto, que permita la expresión extensa de ideas y atraiga a creadores y profesionales que deseen usar la plataforma para conectar con sus audiencias de manera más profunda y detallada.
La monetización ha sido otro foco central en la reestructuración de la plataforma. La verificación de cuentas, que antes era gratuita y otorgada a figuras públicas, celebridades y periodistas para garantizar su autenticidad, ahora forma parte de las opciones de pago de X Blue.
Además, han incrementado la integración de anuncios dentro de la experiencia de usuario. La publicidad es ahora una parte mucho más frecuente del feed, intercalándose entre publicaciones y dentro de las respuestas, lo que ha generado una fuente de ingresos más consistente para X.
Algunos usuarios encuentran valor en los anuncios segmentados, mientras que otros perciben una saturación publicitaria que disminuye la calidad de su experiencia en la plataforma. Este modelo, que busca consolidar a X como un negocio rentable, ha hecho que la red social pase de un espacio centrado en la conversación a uno que se acerca al estilo de redes más comerciales, lo cual refleja la visión de Musk sobre el potencial de la red para evolucionar en un espacio multifacético y lucrativo.
Otro de los pilares de la reestructuración de X ha sido el rediseño de sus políticas de seguridad y verificación, un área crucial para la confianza y la percepción pública de la plataforma.
Bajo la dirección de Elon Musk, estas políticas han sido reconfiguradas, en algunos casos limitando herramientas tradicionales de protección y, en otros, redefiniendo los parámetros de autenticidad y credibilidad que caracterizaban a la antigua Twitter.
El cambio más reciente en la herramienta de bloqueo es una muestra clara de esta reestructuración de políticas de seguridad. La nueva política permite que las cuentas bloqueadas puedan seguir visualizando las publicaciones públicas del usuario que los ha bloqueado, aunque siguen restringidas en cuanto a interacciones, como comentar, dar “me gusta” o enviar mensajes directos.
En el pasado, el bloqueo era una herramienta integral que garantizaba una barrera completa frente a usuarios no deseados, un recurso ampliamente utilizado para evitar el acoso y el contenido ofensivo. Sin embargo, la decisión de permitir que cuentas bloqueadas vean publicaciones públicas ha sido justificada por X como una medida para “mejorar la transparencia” y evitar que el bloqueo se utilice como un medio para “ocultar información dañina o privada”, según el equipo de ingenieros de la plataforma.
La decisión ha generado controversia, ya que para muchos usuarios representa una invasión a la privacidad y una limitación de su capacidad para manejar su propio espacio digital. En la práctica, si los usuarios desean proteger completamente su contenido de cuentas bloqueadas, ahora deben configurar sus cuentas como privadas, lo que puede afectar su alcance y visibilidad en la red.
Además de las modificaciones en el sistema de bloqueo, Musk también introdujo una reestructuración total del sistema de verificación. Bajo el modelo anterior, el distintivo de verificación azul era una herramienta gratuita y reservada exclusivamente para figuras públicas, periodistas, celebridades y otras personas de interés que cumplían con criterios de relevancia y autenticidad.
Este distintivo servía como un mecanismo de confianza para los usuarios, indicando que la cuenta había sido verificada por Twitter. Sin embargo, el distintivo azul se ha convertido en un servicio pago disponible para cualquier usuario mediante la suscripción a X Blue, lo que ha generado críticas en torno al valor de la verificación.
El nuevo esquema incluye tres distintivos: el azul para suscriptores pagos de X Blue, el dorado para cuentas de empresas y marcas, y el plateado para organismos gubernamentales. El cambio redefine el significado de autenticidad y ha llevado a que cualquier usuario pueda obtener la insignia azul mediante el pago, diluyendo su propósito inicial como marcador de cuentas de interés público confiables.
Para muchos, la nueva política pone en riesgo la credibilidad de la información, especialmente en temas sensibles o de interés público, ya que los usuarios verificados ya no tienen que cumplir con los mismos criterios de autenticidad.
X también ha cambiado las políticas de moderación de contenido. Bajo la dirección de Musk, la plataforma se ha orientado hacia una visión más “libre” de expresión, anunciando una menor intervención en el contenido publicado y dejando mayor responsabilidad en los usuarios para gestionar el contenido que desean ver mediante herramientas de filtrado personal. Aunque esta postura ha sido valorada por quienes buscan una red social con menos restricciones, también ha traído preocupaciones sobre el aumento de contenido ofensivo, desinformación y mensajes de odio en la plataforma.