La Superintendencia de Sociedades informó que, dado el proceso de venta de las acciones de la compañía Monómeros Colombo Venezolanos, la someterá a “control” administrativo, pues considera que bajo el escenario en el que se encuentra se “podría generar y materializar un riesgo de insolvencia”.
El control es el máximo grado de supervisión, de carácter societario, que ejerce la SuperSociedades preventivamente, con el fin de preservar la empresa como unidad productiva y fuente generadora de empleo.
El ente de vigilancia explicó que el grado de supervisión denominado “control” no es una toma de posesión ni faculta a la Superintendencia de Sociedades para coadministrar la sociedad, “la cual conserva su autonomía con las limitaciones y para los fines indicados en la Constitución y la ley, con plena garantía de sus derechos”.
De igual forma, la entidad señaló que esa decisión no restringe los derechos de propiedad de los titulares de las acciones de la compañía, dado que la medida recae sobre la sociedad, según lo señala el artículo 85 de la Ley 222 de 1995.
“Nuestra misión es contribuir al crecimiento y preservación de las empresas, cuya consecución redunda en favor de los grupos de interés, mediante acciones preventivas, de acompañamiento y supervisión, en ese sentido, ante posibles riesgos que afectan el interés general nuestro deber es actuar oportunamente, conscientes de la importancia que tienen las sociedades para la economía nacional y en el caso particular de Monómeros, por su relevancia para el agro, la soberanía alimentaria y los campesinos colombianos”, expresó el superintendente de Sociedades, Billy Escobar.
Monómeros es la compañía más grande de producción de fertilizantes en Colombia. Perteneció por 39 años a Colombia y Venezuela, pero en el 2006, el entonces presidente Álvaro Uribe, vendió todas las acciones a la venezolana Petroquímica Pequiven. Su sede se encuentra en Barranquilla y se sigue dedicando a la producción y comercialización de materias primas para fertilizantes e insumos agropecuarios.
Hace unos días EL COLOMBIANO reveló los detalles de un movimiento empresarial que se ha venido alistando durante semanas para la venta de dicha compañía.
Este diario ya había revelado en agosto un movimiento irregular con los egresos de la empresa hacia una compañía en Hong Kong, pero que en realidad corresponde también al grupo de PDVSA, la empresa de petróleos más grande de ese país y una de las más importantes del mundo.
Las negociaciones parece que ya están lo suficientemente avanzadas, con un primer acuerdo de compraventa por más de 300 millones de dólares. La firma interesada es una multinacional que compite en el agro y en los fertilizantes.
En un primer momento, el gobierno de Nicolás Maduro ofreció la empresa a sus aliados políticos y, luego, una multinacional mostró interés.
Por lo pronto, el presidente Gustavo Petro le pidió a Maduro no venderla y “reconsiderar la privatización de la compañía que ha dado y puede seguir dando sustento a millones de familias” en Colombia y Venezuela.