En las aguas cristalinas del Pacífico suroeste, frente a las costas de las Islas Salomón, se encuentra el coral más grande del mundo: 34 metros de ancho, 32 de largo y 5,5 de alto, con una circunferencia de 183 metros. Su tamaño equivale al de dos canchas de baloncesto o cinco de tenis. Este descubrimiento fue gracias a un equipo de científicos de National Geographic Pristine Seas.
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El gigante viviente, formado por mil millones de pólipos de coral, ha crecido durante tres siglos. Lo más asombroso de este hallazgo es que no se trata de un arrecife, sino de un coral independiente: una sola colonia que creció de manera continua. Ubicado en el aislado archipiélago de las Tres Hermanas, su tamaño desafía cualquier concepción de lo posible, superando en longitud a la ballena azul, el animal más grande del planeta, y siendo visible incluso desde el espacio.
Este colosal coral no solo es impresionante por su tamaño, sino que también alberga una gran diversidad de vida marina. Su color predominante es el marrón, con destellos de vivos tonos amarillos, azules y rojos, y actúa como refugio para una amplia variedad de especies, desde pequeños crustáceos hasta peces juveniles. Su presencia es vital para las comunidades locales que dependen del mar para su sustento.
El descubrimiento tiene lugar en un momento crítico, cuando los corales enfrentan amenazas sin precedentes debido al calentamiento global y la contaminación. Aunque este coral se encuentra en una ubicación remota, no está completamente a salvo de estos peligros.
La longevidad del coral es otro aspecto notable: se estima que tiene entre 300 y 500 años, lo que lo convierte en un testigo silencioso de siglos de cambios climáticos y actividades humanas. En las Islas Salomón, que albergan la segunda mayor diversidad de corales del mundo, este hallazgo subraya la urgencia de proteger estos ecosistemas. A pesar de su resistencia, el coral gigante es un símbolo tanto de la magnificencia como de la fragilidad del océano.
Actualmente, solo el 8,4% de los océanos están protegidos, pero los científicos insisten en que se debe preservar al menos el 30% para 2030 para garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas marinos y su papel en la lucha contra el cambio climático.
El equipo de Pristine Seas, compuesto por 18 científicos y cineastas, continuará con la investigación de la salud del océano en las Islas Salomón, utilizando tecnología avanzada como cámaras submarinas y herramientas de análisis de ADN ambiental, con el fin de documentar y proteger estos valiosos tesoros submarinos.Para saber más: El cambio climático está detrás de las catastróficas inundaciones en el Pacífico colombiano, según nuevo estudio