Con el calendario definido, el debate sobre el salario mínimo para 2025 comienza a tomar forma en Colombia. La negociación, que reúne a empresarios, sindicatos y el Gobierno, ya deja entrever divisiones significativas entre las partes, con diferencias que superan los $45.000 en las propuestas iniciales.
Mientras el sector productivo plantea un incremento de 6,5% ($84.500), los sindicatos buscan un alza del 10% ($130.000).
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Por su parte, el Gobierno, en cabeza del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se inclina por una propuesta del 6,2% ($80.600), basada en una inflación proyectada entre 5% y 5,2%, sumando un punto de productividad.
De acordar un incremento del 6,5%, el salario mínimo para 2025 quedaría en $1,38 millones ($1.384.500), mientras que la propuesta sindical llevaría este valor a $1,43 millones ($1.430.000). Ambas cifras excluyen el auxilio de transporte, un componente clave del ingreso total de quienes ganan el salario base.
Según Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la prioridad de los sindicatos es garantizar un aumento de doble dígito por segundo año consecutivo, pese a la resistencia del sector privado, que considera inviable un incremento tan elevado en la coyuntura económica actual.
Datos del Ministerio de Trabajo revelan que entre enero y agosto de 2024, más de 10 millones de trabajadores (43,86%) ganaban menos de un salario mínimo, mientras que 3,3 millones (14,76%) perciben exactamente el salario base actual de $1,3 millones.
En contraste, solo el 23,42% de los ocupados formales ganan más de un salario mínimo, y menos del 5% recibe ingresos superiores a cuatro veces esta cifra.
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Estas cifras reflejan la concentración de ingresos en los niveles más bajos, un fenómeno que, según Juliana Morad, directora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, requiere un enfoque especial hacia las pequeñas y medianas empresas (Pymes), principales empleadores del país.
Por su parte, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, advirtió sobre los posibles riesgos de un incremento excesivo en el salario mínimo. Según Villar, un alza significativa podría comprometer la meta de inflación para 2025, proyectada en 3%.
Sin embargo, también destacó la necesidad de un aumento que sea socialmente viable y compatible con las condiciones de los trabajadores.
El plazo para definir el monto del salario mínimo vence el próximo 15 de diciembre. Hasta entonces, las propuestas iniciales seguirán siendo evaluadas en una mesa que, históricamente, ha tenido dificultades para alcanzar consensos rápidos.
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Con más de 3 millones de colombianos directamente afectados y una inflación aún en proceso de estabilización, el salario mínimo de 2025 será un termómetro tanto para el poder adquisitivo de los trabajadores como para la capacidad de las empresas de adaptarse al contexto económico actual.