El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, se sumó al debate sobre la polémica sanción preliminar que podría recaer sobre el técnico de Atlético Nacional, Efraín Juárez. La decisión de primera instancia, que propone una sanción de tres años sin poder ingresar al estadio, ha generado indignación y múltiples reacciones entre hinchas, directivos y personalidades de la ciudad.
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A través de su cuenta oficial en X, Gutiérrez calificó de “absurda” la medida tomada por una inspectora, dejando claro su desacuerdo con el fallo inicial. “No estoy de acuerdo con la decisión en primera instancia de un funcionario que sanciona al técnico del Nacional con 3 años sin poder ingresar al estadio. A la inspectora que toma esta equivocada decisión, solo le faltó expulsarlo de la ciudad”, expresó el mandatario, en un tono que evidenció su malestar frente a lo que considera un fallo “contraproducente y desproporcionado”.
El alcalde, conocido por su constante cercanía con los temas deportivos y culturales que impactan a Medellín, también destacó la importancia de permitir que el proceso judicial siga su curso. Subrayó que la decisión no es definitiva, ya que aún está en manos de una segunda instancia que deberá pronunciarse tras la apelación.
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“Solo habrá una decisión en firme cuando la segunda instancia se pronuncie. Hago un llamado a la mesura y a la cordura de los involucrados en el fútbol. Sentido común, por favor”, añadió Gutiérrez, buscando calmar los ánimos en un momento de alta tensión entre las partes.
La sanción propuesta surge tras un incidente ocurrido durante el último clásico ante el Medellín en el que las autoridades consideraron como provocadora la celebración del técnico verdolaga.
Atlético Nacional, a través de sus directivos y su cuerpo técnico, ya ha manifestado su intención de apelar la decisión, argumentando que la sanción atenta contra los derechos del entrenador y afecta directamente al desarrollo deportivo del equipo.
La situación no solo afecta al club, sino que también pone en el centro del debate la relación entre las autoridades deportivas y civiles, y su capacidad para manejar de manera equilibrada los conflictos en el fútbol. La posición de Federico Gutiérrez refleja una preocupación más amplia sobre cómo decisiones desproporcionadas podrían impactar negativamente la convivencia y el desarrollo de un deporte que es esencial en la identidad de Medellín.
La postura del alcalde ha recibido el respaldo de varios sectores. Lo cierto es que su llamado a la mesura y al sentido común es una invitación a buscar soluciones más equilibradas que no alimenten la polarización ni los conflictos innecesarios.
Por ahora, la apelación está en curso y la decisión final marcará un hito en la manera en que se regula la conducta de los actores principales del fútbol colombiano.