Jarabe de miel, jarape de arce, sirope o miel de maple son algunos de los nombres con los que se conoce esa sustancia de color marrón que muchos le echan –abundantemente– a los pancakes o waffles al desayuno.
Pero antes de contar la historia que nos convoca en esta nota hay que aclarar un par de detalles gastronómicos. El arce es el árbol más emblemático de Canadá y de ahí se extrae su savia que como endulzante se llama Jarabe de arce. El maple es el nombre en inglés de ese árbol de arce por lo que hay que tener cuidado al escuchar la expresión “jarabe sabor a maple”, que según explican páginas de protección al consumidor –como la del gobierno mexicano– sería “generalmente un jarabe de maíz al que se le añaden colorantes y saborizantes artificiales”, no tendría nada que ver con el famoso endulzante canadiense por el que son tan conocidos.
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Por otro lado la miel solo es de abeja, entonces, con esta aclaración hay que precisar que la historia real de este dulce robo millonario se dio en 2012 en Canadá, cuando se llevaron más de 295.000 litros de jarabe de arce y que este hecho ahora llega, ficcionado, a la televisión, en la serie Dulce estafa (The Sticky, en inglés) que acaba de estrenar en Colombia Prime Video.
The Sticky es una serie de comedia dramática de seis episodios de media hora que se centra en Ruth Landry, “una dura granjera de jarabe de arce de mediana edad que recurre al crimen cuando el sistema la lleva demasiado lejos. Ella se une a un mafioso bostoniano de mal carácter y a un guardia de seguridad francocanadiense desaliñado para llevar a cabo un robo multimillonario al excedente de jarabe de arce de Quebec”, dice la reseña.
La serie, inspirada en este robo de la vida real, “combina momentos de hilaridad de choque cultural, emoción al borde del asiento y drama conmovedor, todo ello en un lugar que rara vez se ve en televisión”, precisan desde su producción.
The sticky es protagonizada por la actriz Margo Martindale –tres veces ganadora del Emmy–, en el papel de Ruth; el actor Chris Diamantopoulos interpreta al mafioso Mike Byrne y Guillaume Cyr en el papel de Remy Bouchardun, un apacible guardia de seguridad franco-canadiense. Pero además, la ganadora del Óscar y del Emmy, la afamada actriz Jamie Lee Curtis aparece como estrella invitada a la vez que es productora ejecutiva.
El actor Chris Diamantopoulos contó en una entrevista –cedida para EL COLOMBIANO por Prime Video– que es un orgulloso canadiense que sabía debía estar en este proyecto: “La historia real del robo de jarabe de arce es tan absurda y es algo que nunca se había visto en la pantalla. Trabajar con Margo, con Guillaume y con Jamie Lee terminó siendo el trabajo de mi vida”.
Para los productores Ed Herro y Brian Donovan esta era una historia que merecía ser contada, pero aclararon que se tomaron la licencia de darle detalles de ficción que le dieran más peso: “De la idea original nos inspiramos para crear un mundo nuevo. El verdadero atraco se hacía en silencio, de noche, solo traficando jarabe y a eso le falta para ser buena televisión. Así que creamos tres personajes desvalidos que están entre la espada y la pared y quieren hacer frente a sus opresores para llevar a cabo un atraco ridículo”, dijo Ed.
Y como añadido al hecho de que este es uno de los mayores crímenes en la historia canadiense, al productor Donovan le gustaría que quede un análisis más de fondo con un hecho que la serie toca a profundidad: el tema de esos trabajadores que no reciben el respeto que merecen.
Tal y como lo informó AFP en marzo de 2022, al hombre condenado por el mayor robo de jarabe de arce en Canadá se le multó con 9 millones de dólares canadienses (cerca de 28.000 millones de pesos colombianos), según dictaminó la Corte Suprema. “Conocido como el robo del siglo, el robo de esta especie de jarabe producido de la savia del arce data de 2012. Richard Vallières y otras 15 personas sustrajeron 5.000 toneladas del jarabe de un almacén a 150 km de Montreal, un botín estimado en unos 18 millones de dólares canadienses. Su reventa aportó a los ladrones unos 10 millones de dólares canadienses (...) Vallières, oriundo de Québec, fue sentenciado en 2016 a ocho años de prisión y una multa de más de 9 millones de dólares canadienses”.