José Manuel Posada tiene 16 años y en su rostro aún guarda rasgos de niño. Pero al hablar con el joven de tez blanca y ojos claros, su madurez sorprende. Tiene los pies en la tierra, más allá de los triunfos y, por ende, del respeto y elogios que viene ganando en el ciclismo, para el cual también es un adelantado. Tanto así que ya está en el radar de algunos equipos de marca del país y del exterior.
Dice que, obviamente, su sueño es llegar a Europa, ser protagonista en las grandes vueltas, “pero voy paso a paso, aprendiendo”. Así expresa este nuevo prodigio del pedalismo nacional, quien acaba de convertirse en campeón de la Vuelta del Futuro, en Casanare.
El antioqueño, quien reside en el municipio de Sabaneta y que pertenece a la mejor cantera de ciclismo que hay en Colombia, el Team Sistecrédito, ratificó, entre 216 deportistas, su poderío en los distintos terrenos. Y eso que en la primera etapa sufrió una caída, perdiendo en la llegada un minuto con el vencedor, Óscar Restrepo, de Caldas.
José Manuel es un corredor completo, va bien en el plan, subidas, bajadas y contrarreloj, habilidades que le permiten soñar en grande.
En el certamen juvenil, bajo la dirección de Gabriel Jaime Vélez y en el que estuvo respaldado por los deportistas Juan Gabriel Gómez, Emanuel Restrepo, Juan Esteban López, Jhon Botero y Juan Miguel León, Posada impresionó con su calidad y superioridad.
Pese a las dolencias del día anterior, se impuso en la segunda fracción, la reina, con final en el Alto del Porvenir, y en la contrarreloj final, en Aguazul, adjudicándose el título con una diferencia de 48 segundos sobre Simón Loaiza (Caldas), subcampeón, y 1.51 frente a Cristian Páez (Santander). Además, Posada fue campeón de la montaña.
El antioqueño se enfocó de lleno al ciclismo gracias a los consejos de Javier Ignacio Montoya, mejor conocido como “La Pantera” o “Pesicolo”, destacado exciclista que fue campeón bolivariano de la contrarreloj por equipos en Cuenca 1985 y quien falleció a comienzos de este año.
En cada rodada dominical, José Manuel Posada se les pegaba a la rueda a “Pesicolo” e hijos, Juan Guillermo y Javier “Nacho” Montoya, y gracias a su apoyo terminó enamorándose del ciclismo. Fue tanta la pasión que despertó en él este deporte que en su deseo de acelerar el proceso hacia el alto rendimiento validó tres grados del bachillerato en año y medio para graduarse rápido.
“José es como nuestro pequeño hijo, lo conocemos desde muy joven –tenía 12 años cuando empezó su proceso en el ciclismo–. En realidad es el reflejo de lo que algún día nosotros fuimos. Siempre le hemos dado buenos consejos para que no le vaya a ocurrir lo que les pasa a muchos corredores de Colombia, que se pierden en el camino porque solo se forman en lo deportivo y no fortalecen la parte mental ni nutricional”, comentó Nacho Montoya, quien casualmente ganó la Vuelta del Futuro hace 11 años, triunfando, como José, en una fracción en línea y en otra a cronómetro.
Subcampeón mundial de pista de la persecución por equipos en Seúl, Corea-2014, Montoya dice que Posada es inteligente y pone en práctica lo que se le dice. No olvida que cuando se le abrieron las puertas para entrar al Sistecrédito, luego de hacer escuela en el club Cobelén, le expresaron que no lo pensara dos veces, pues iba a estar al lado del estratega Vélez, “el mejor formador que tiene Colombia”, indicó Nacho.
“Es como ver crecer una persona muy similar a uno en su momento, pero con una madurez mucho mayor”, agregó Javier Ignacio sobre Posada, quien no tiene el biotipo al acostumbrado en Colombia. No es delgado ni pequeño; al contrario, es alto –mide 1,80 metros–, macizo –pesa 65 kilos–, hace muy bien la contrarreloj, pero a la vez sube muy bien.
Con gran futuro
Para el orientador Vélez, este muchacho tiene gran futuro en el deporte. “Es demasiado bueno. Demuestra, con gratos resultados, que tiene condiciones para esto. Hay que llevarlo con calma, que haga bien su proceso”.
Dedicado al ciclismo pero también estudiando inglés e italiano, Posada se siente feliz por las palabras de apoyo que recibe, un impulso más para trabajar con dedicación. “Sé que debo ir despacio, sin prisa, pero mi sueño es el de todo corredor, llegar a Europa y estar en la disputa de las grandes carreras”, dijo antes de ganar la Vuelta del Futuro.
Ahora, tras la conquista y con la humildad que lo caracteriza, se llena de mayor confianza para seguir pedaleando por sus metas.
“Ganar, después de la caída en la primera etapa, me da a entender que todo es posible en la vida si se trabaja con esfuerzo y dedicación. Para lograr lo deseado hay que sufrir un poquito, nada es de gratis, por lo que no se puede tirar la toalla tan fácil”, comentó Posada, quien el próximo año, con Sistecrédito, entrará en la categoría juvenil, entre 17 y 18 años.
“Tengo que seguir enfocado, juicioso y entregado a Dios”, finalizó este nuevo diamante del pedal colombiano.
Posada y una temporada inolvidable