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Este martes se confirmó su fichaje para las 14 carreras de la F2 del año próximo al lado de Gabriele Mini, italiano, actual subcampeón de la F3 con ese mismo equipo. Mini y Montoya, viejos conocidos desde las series regionales de Europa y Asia, toman los puestos que dejan Kimi Antonelli, quien se va a la F1 a reemplazar a Lewis Hamilton –nada menos– y Oliver Bearman, que va al butaco que dejó libre Kevin Magnussen, en Haas.
Montoya, en el equipo que toca
Sebastián Montoya Marco Cortesi (Prema)Esto explica claramente que el joven colombiano, de 19 años, está en el equipo que toca y en el momento clave que puede definir los pasos de ascenso en la escalera hacia el mundial.
Actualmente, hay muchas categorías que dan determinados puntajes a los clasificados al fin del año para obtener la superlicencia obligatoria para correr en F1, pero el embudo que filtra a los mejores se da en la F3 y la F2, como lo prueban todos los nuevos nombres que se ven en titulares, reemplazos, pilotos de prueba y protegidos o precontratados por los grandes equipos con miras a sostener su semillero.
Por ejemplo, aparte de los citados, van al nivel F1 el campeón F2 2024 Gabriele Bortoleto, a Sauber por Bottas, Jack Doohan (Alpine por Ocon); Paul Aron, Felipe Drugovich, Luke Browning, reservas en Alpine, Aston Martin y Williams, respectivamente.
Sebastián Montoya Marco Cortesi (Prema)Para Montoya pasar a domesticar los 620 caballos que le ofrecerá el motor comunitario de Mecachrome (V6 de 3,4 con caja de seis cambios) y también un chasís Dallara igual para todos es un brinco grande pues tenía atornillados en la espalda 380 este año y la masa del carro pasa de 565 a 795 kilos (con piloto) y supone un tiempo de familiarización como le cae a todo novato.
Y será más notorio en contraste con los que están repitiendo temporada y conocen ya las tripas de esta competencia.
Un paso lógico para Sebastián Montoya
Para un corredor de esas aspiraciones, nivel y formación, la F2 es un paso lógico y necesario pues una norma del deporte reza que si hay un piloto con verdadera progresión, no debe pasar más de dos temporadas en la misma categoría.
De hecho, la F3 solo permite tres temporadas y en la F2 el campeón se tiene que ir a otra serie.
Sebastián Montoya Marco Cortesi (Prema)Arrancar este nuevo proceso es estar más cerca de la Fórmula 1, más allá de lograr los requisitos de la superlicencia. Debe tener entre manos un auto competitivo, cosa que el equipo garantiza, aunque en este año Prema pasó trabajos descifrando las nuevas máquinas y apenas se clasificó quinto en el campeonato, a pesar de ganar cinco veces, tres por cuenta de Bearman y dos de Antonelli.
Este factor ya debe estar resuelto en el seno del equipo y claramente los Montoya tienen suficiente conocimiento y olfato para saber dónde instalan sus proyectos, porque en estas decisiones no hay muchas oportunidades.
Desde la otra parte, los equipos también saben en cuáles manos ponen los timones. El desarrollo de un piloto no se calibra exclusivamente por sus resultados, sino por su habilidad para ajustar el carro y sus propias condiciones y talento a las características de la máquina a lo largo del año.
El corredor de F3 Colombo-Estadounidense, Sebastian Montoya en entrevista para El Tiempo . César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoaNo bastan los chispazos porque todas las vueltas que un corredor da quedan graficadas y son comparables con la competencia, los equipos analizan su contexto completo antes de engancharlos.
No es solo pagar una cuantía muy grande por el cupo, sino tener otro tanto, y más, de potencial técnico y humano que mueve la asociación con equipos de este nivel, a los cuales les sobran candidaturas en la puerta. Porque estar en Prema es una cuota clave de la posibilidad de éxito.
La trayectoria de sus pilotos así lo prueba, porque por sus cabinas han pasado, muy a vuelo de pájaro, Stroll, Mick Schumacher, Ocon, De Vries, Giovinazzi, Gasly, Charles Leclerc, Oscar Piastri, Antonelli….
Es decir, Montoya se puso en la fila.
JOSÉ CLOPATOFSKY
Director de Motor
@joseclopa