A más de seis meses de haber solicitado al Gobierno su retiro voluntario del sector salud, la EPS Sura no habría sido autorizada para dejar la actividad, según informó Caracol Radio.
Aunque ni la empresa ni la Supersalud han oficializado la decisión, la versión de medio radial señala que el retiro de la EPS desataría un riesgo para el sistema de salud, pues no hay cómo asumir los 5,4 millones de usuarios que están a su cargo.
Voceros de la EPS consultados por EL COLOMBIANO manifestaron que por el momento no conocen si hay o no una determinación oficial de la superintendencia, y si esta existe no ha sido notificada.
Vale recordar que a finales de mayo, la EPS Sura presentó un Programa de Desmonte Progresivo ante el Gobierno Nacional, con el fin de retirarse del Sistema General de Seguridad Social en Salud.
La solicitud de autorización fue radicada ante la Superintendencia Nacional de Salud y entonces se explicó que el desmonte es una figura jurídica que permite el retiro de manera ordenada y diligente del sistema de salud. La solicitud de la EPS serviría realizar una transición coordinada y planificada de sus afiliados, que garantizara la entrega completa de la información clínica y favoreciera la continuidad del tratamiento, según las necesidades de salud de las personas, pero ante la eventual negativa de la Supersalud, habrá que esperar que esta se oficialice y que la EPS determine el camino a seguir.
Como argumentos, la EPS Sura señaló que los problemas estructurales del sistema de salud la llevaron a no cumplir con el indicador del patrimonio adecuado, dado que se agotó. “De hecho, entre 2022 y 2023 se contabilizaron unas pérdidas netas por más de 360 mil millones de pesos. Para este 2024, EPS Sura proyecta que las pérdidas podrían llegar hasta los 500 mil millones de pesos, suma que confirma la inviabilidad de la EPS en las condiciones actuales.
La negativa de la Supersalud no descarta que se ejecute una posible intervención de la EPS Sura, como ya se ha hecho con otras EPS.
Incluso le abre la puerta a la EPS para que se declare en insolvencia o acoja un proceso de reorganización, o que la empresa siga sometida a sumar más pérdidas y espere un pronunciamiento de la Corte Constitucional, esto en virtud de que hay varias demandas en curso, entre ellas la de pagos presupuestos máximos y ajustes a presupuestos máximos y para el recálculo de la UPC. Si la Corte se pronuncia a favor, pues las EPS van a tener un flujo de caja adecuado.
En mayo la EPS Sura anticipó que en caso de no ser admitida su petición, sus resultados e indicadores de habilitación financiera tendrán un deterioro, impactando la capacidad del servicio.
Los malos datos económicos provocaron que desde junio Suramericana, matriz de la EPS, y el Grupo Sura, holding de estas sociedades, definieran un tratamiento contable especial para la EPS, interpretando en estos que se ha perdido control sobre la participación en esa inversión, llevando a excluir esta subsidiaria (la EPS) del perímetro de consolidación del grupo financiero.
Según el informe financiero de Suramericana con corte a septiembre de este año, la EPS arrojaba utilidades, dados los menores niveles de siniestralidad que experimentó la compañía entre junio y agosto.