El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, defendió los cambios en el sistema de moderación en sus plataformas, que suponen la verificación de los contenidos por la comunidad en lugar de por expertos independientes y modificaciones en sus políticas, alegando que harán que sus redes sociales sean “mejores”.
Meta anunció el pasado lunes la adopción de un sistema de verificación de contenidos basado en las notas de la comunidad, a ejemplo del que utiliza la red social X, para combatir la desinformación en Facebook, Instagram y Threads.
Actualmente, son los verificadores externos los que revisan las publicaciones de los usuarios y las califican según su precisión. Sin embargo, Zuckerberg considera que “las notas de la comunidad serán más efectivas que los verificadores de hechos”, como ha defendido en una publicación en Threads.
En concreto, el directivo ha alegado que “es bueno reducir el número de personas cuyas cuentas quedan prohibidas por error” y que “la gente quiere poder discutir temas cívicos y hacer argumentos que están en la corriente principal del discurso político, etc.”.
Es consciente, además, de que estos cambios llevarán a algunas personas a abandonar sus redes sociales, pero cree que “la gran mayoría y muchos nuevos usuarios encontrarán que estos cambios hacen que los productos sean mejores”.
El cambio en el sistema de moderación se acompaña de modificaciones en las políticas de las redes sociales Facebook, Instagram y Threads, como los que ya ha introducido en el apartado de ‘Conducta de odio’ en las normas de uso en Estados Unidos.
En un comunicado compartido el lunes, el director de Asuntos Globales, Joel Kaplan, alegó que en los últimos años han desarrollado “sistemas complejos para gestionar el contenido de nuestras plataformas, cuya aplicación resulta cada vez más complicada”.
“Como resultado, hemos estado aplicando nuestras normas en exceso, limitando el debate político legítimo, censurando demasiado contenido trivial y sometiendo a demasiadas personas a medidas de cumplimiento frustrantes”, añade.
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Según Kaplan, para abordar esta situación, han decidido “eliminar una serie de restricciones en temas como la inmigración, la identidad de género y el género que son objeto de frecuentes discursos y debates políticos”, porque “no está bien que se puedan decir cosas en la televisión o en el pleno del Congreso, pero no en nuestras plataformas”.
Estos cambios suponen, por ejemplo, que las medidas de moderación ya no se centrarán tanto en el discurso del odio sino en el comportamiento de odio. A partir de ahora, van a admitir insultos o expresiones de odio cuando se usan con una “intención clara” de “condenar el discurso o denunciarlo”, y dejarán de eliminar, dentro del discurso deshumanizante, “declaraciones de inferioridad, expresiones de desprecio o disgusto; insultos; y llamados a la exclusión o segregación”.