El recorrido de las Siete Iglesias, una tradición profundamente arraigada en el Jueves Santo, simboliza el acompañamiento de los fieles a Jesucristo en sus momentos finales antes de su muerte. Cada una de las siete visitas a diferentes templos representa una etapa específica del camino de Jesús, desde la Última Cena hasta su crucifixión.
¿Qué significa recorrer las 7 iglesias en Semana Santa (Jueves Santo)?
La razón principal detrás de esta práctica devocional es meditar y orar en cada una de las ‘siete estaciones’ del sufrimiento de Cristo. A través de la visita a cada iglesia, los fieles buscan unirse espiritualmente al dolor y la angustia que Jesús experimentó durante sus últimas horas de libertad. Es una forma de agradecer su sacrificio y reflexionar sobre el inmenso amor que demostró por la humanidad al entregar su vida.
Las siete estaciones
Aunque puede haber ligeras variaciones en el orden y la representación específica en cada iglesia, las siete estaciones que tradicionalmente se meditan durante este recorrido son:
- La última cena y el camino al huerto de Getsemaní.
- Jesús en el huerto de Getsemaní.
- Jesús ante Anás.
- Jesús ante Caifás.
- Jesús ante Pilato.
- Jesús ante Herodes.
- Jesús es condenado a muerte y el camino al calvario.
A través de este recorrido, los fieles no solo rememoran históricamente los eventos de la Pasión, sino que también buscan una conexión personal y espiritual con el sufrimiento de Cristo, fortaleciendo su fe y su compromiso con los valores cristianos.
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¿Cuál es la historia del Jueves Santo?
La historia del Jueves Santo se remonta a los eventos narrados en los Evangelios bíblicos sobre la Última Cena que Jesús compartió con sus doce apóstoles antes de su arresto y crucifixión. Este día marca el inicio del Triduo Pascual, el período de tres días que conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, siendo el núcleo de la Semana Santa y del año litúrgico cristiano.
En la Última Cena, Jesús instituyó dos sacramentos fundamentales para la fe cristiana que son importantes a considerar:
- La Eucaristía: al compartir el pan y el vino con sus discípulos, Jesús les dijo: “Esto es mi cuerpo… Esta copa es la nueva alianza en mi sangre” (Lucas 22:19-20), estableciendo así la conmemoración de su sacrificio a través de la comunión.
- El Orden Sacerdotal: al encomendar a sus apóstoles la tarea de continuar con la celebración de la Eucaristía (“Hagan esto en memoria mía”), se considera que Jesús instituyó el sacerdocio de la Nueva Alianza.
Además de la institución de la Eucaristía y el sacerdocio, el Jueves Santo también conmemora otros dos momentos significativos:
- El Lavatorio de los Pies: Jesús, en un acto de profunda humildad y servicio, lavó los pies de sus discípulos, dando un ejemplo de amor fraterno y la importancia de servir a los demás. Este gesto se recuerda en muchas iglesias durante la liturgia del Jueves Santo.
- La Oración en el Huerto de Getsemaní: después de la cena, Jesús se retiró al Huerto de Getsemaní para orar, donde experimentó una profunda angustia ante la perspectiva de su inminente sufrimiento y muerte. Este momento de oración y aceptación de la voluntad del Padre es también parte de la reflexión del Jueves Santo.
Finalmente, la noche del Jueves Santo culmina con la traición de Judas y el arresto de Jesús, marcando el inicio de su Pasión. Por lo tanto, este día es una mezcla de celebración por los dones de la Eucaristía, el sacerdocio, de recogimiento y reflexión ante el comienzo del sufrimiento de Cristo.