El lugar para comer el mejor pescado de Bogotá en Semana Santa; no es solo bagre ni seco

El mejor restaurante para comer pescado en Bogotá se encuentra en la conocida calle 'bonita'. Hay mojarra, mariscos y más.

Bogotá, en su infinidad de opciones gastronómicas, también tiene una oferta ideal para las personas que pasarán la Semana Santa en la capital colombiana y quieren mantener la tradición de consumir pescado, mariscos, camarones y otros frutos de mar o río. De hecho, hay una calle en especial que se dedica solo a la comercialización de estos artículos en distintas presentaciones que se acomodan a las exigencias de los comensales.

Precisamente, en esta zona de la ciudad también se encuentran los mejores corrientazos de mar y sancochos, creando una experiencia única para los bogotanos que esperan conocer nuevos platos que estén alejados de la tradición culinaria del altiplano cundiboyacense. Lo mejor de todo, es que los precios son asequibles, con la finalidad de que sea una oferta que llegue a un gran número de personas, sin importar la capacidad adquisitiva que posean.

En la conocida calle ‘bonita’, ubicada en la calle 30 #5-54, se consigue el mejor restaurante para comer pescado en Semana Santa. Hay mapará en salsa, trucha, mojarra, sancocho de pescado, ceviche de camarón, viudo de capaz, cazuela de mariscos con brandy, entre otros. De acuerdo con @holafood___ en Instagram, el sitio lleva bastantes años funcionando y es un referente para la gente que vive o está de paso en Bogotá.

 

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(Vea también: Cuál es el pescado más barato en Colombia para Semana Santa de 2025: precios de Corabastos)

Igualmente, el creador de contenido deja ver que los precios de los distintos platos tienen precios que van desde los 18.000 hasta los 40.000 pesos, dependiendo de la preparación y la solicitud que haga el comensal. La bebida es ilimitada (limonada).

¿Cuál es el mejor pescado para la Semana Santa?

Durante la Semana Santa, la tradición católica invita a la reflexión y a la abstinencia de carnes rojas, lo que convierte al pescado en el protagonista indiscutible de las mesas. La elección del mejor pescado, sin embargo, puede variar significativamente según los gustos personales, las tradiciones regionales y la disponibilidad en los mercados locales.

Desde pescados blancos de textura delicada como el bacalao, la merluza o el tilapia, ideales para preparaciones suaves al horno o a la plancha, hasta opciones más sabrosas y con mayor contenido graso como el salmón o la trucha, perfectos para marinados y cocciones que realzan su sabor, la diversidad es amplia. La clave reside en seleccionar un pescado fresco, de buena calidad y que se adapte a las recetas familiares preferidas para esta época especial.

Más allá de las preferencias individuales, es importante considerar la sostenibilidad de las especies que se eligen. Optar por pescados de temporada y capturados de manera responsable contribuye a la conservación de los ecosistemas marinos y garantiza la disponibilidad de este nutritivo alimento para futuras generaciones.

¿Cómo comprar pescado de calidad en Semana Santa?

En esta Semana Santa, donde la tradición gastronómica se inclina hacia los platos de mar o río, es crucial saber cómo elegir pescados frescos y de calidad para garantizar una experiencia culinaria deliciosa y segura. Al acudir a mercados y pescaderías, preste especial atención al aspecto general del pescado: sus ojos deben ser brillantes y saltones, no hundidos ni opacos.

Las agallas deben presentar un color rojo o rosado intenso y estar libres de mucosidad. La piel debe lucir firme, húmeda y con escamas bien adheridas, mientras que la carne al tacto debe ser elástica y no ceder fácilmente a la presión del dedo. Un olor fresco a mar es también un indicador clave de su frescura, evitando aquellos ejemplares con aromas amoniacales o desagradables.

Más allá de la apariencia, considere la procedencia del pescado y pregunte sobre su fecha de captura. Los pescados de temporada suelen ser más frescos y sabrosos. Si opta por pescado congelado, asegúrese de que el empaque esté intacto, sin signos de descongelación y recongelación, como la presencia de cristales de hielo grandes o escarcha excesiva en el interior.

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