<p>Siguiendo el Decreto 1665 de 2021, se organizó la Misión sobre Descentralización, la cual entregó reporte en junio de 2024. Y tras pasar por allí 3 directores, con notables cambios de orientación, se entregó una versión final que está plagada de retórica redistributiva geográfica, muy en línea con los principios camorristas de Petro.</p>
<p>Allí no se desperdicia esfuerzo por tildar a la zona centro del país como culpable de inequidad y un centralismo que supuestamente impide la expresión territorial. Se dice que el problema del Sistema General de Participaciones (SGP) es que se ciñe a reglas distributivas gobernadas por la densidad poblacional y por la satisfacción de las necesidades básicas.</p>
<p>Y, en efecto, esos son los criterios de distribución regional a nivel constitucional y se cumple así que las dos terceras partes de la población, ubicadas en la zona centro del país, reciban el grueso del SGP y que se satisfagan las necesidades básicas en gastos que representan en educación 60 % del SGP; salud, 24 %; operativos, 8 %; alcantarillado y agua, 5 %, y pensiones, 3 %.</p>
<p>Así que las propuestas de asignaciones alternativas para cerrar “supuestas brechas sociales” son retóricas, pues las actuales están bien orientadas y lo que se requiere es ir acoplando una menor proporción en educación y una mayor en salud y aguas. Esto iría en línea con el evidente descenso poblacional, donde la tasa de natalidad ha venido cayendo por debajo de 2,1 hijos por mujer, luego menos niños para educar y más ancianos por atender.</p>
<p>Resulta factible entrar a revisar si los incrementos de los montos del SGP, que habían promediado un 3 % anual en términos reales durante 2009-2020, son susceptibles de mejorarse, pues en pospandemia han caído por debajo de dicha cifra. Nótese que ese 3 % real anual es un referente adecuado, ya que es el promedio de crecimiento quinquenal del PIB real que venimos registrando, y este, a su vez, determina la elasticidad tributaria de largo plazo, la cual suele ser unitaria.</p>
<blockquote>Las propuestas de asignaciones alternativas para cerrar “supuestas brechas sociales” son retóricas, pues las actuales están bien orientadas</blockquote>
<p>Pero sería un error pensar en atar nuevamente el SGP a los ingresos corrientes de la nación (ICN), y mucho menos con la idea de que estos salten de representar el 35 % anterior hacia el 46 %. Es alarmante que haya continuado avanzando en el Congreso una reforma constitucional que apunta con esa doble problemática (nueva atadura a ICN y escalándola).</p>
<p>El Carf acaba de advertirle en su reporte al Congreso que, de aprobarse dicha reforma, Colombia se vería abocada a elevar su déficit fiscal del 5 % hacia un 10 % del PIB. Y es importante tener en mente que actualmente se tiene una inflexibilidad del gasto público equivalente al 85 % de presupuesto y, de aprobarse tal reforma, esa inflexibilidad se elevaría hacia un 95 %, eliminándose cualquier margen de maniobra frente a una deuda pública que ya está en un 65 % del PIB.</p>
<p>La propia Misión de Descentralización se abstenía de hacer este tipo de recomendaciones de atadura a los ICN y de incrementar su participación, pues entendía que eso era una irresponsabilidad fiscal monumental. En su ingenuidad ideológica hablaba de fondos redistributivos y de “castigar” al centro del país restándole recursos a favor de la periferia; pero, como vimos, ello afectaría a la mayoría de la población en la provisión de sus necesidades básicas de educación, salud y aguas.</p>
<p>Luego les corresponde a los líderes de los partidos hacer entrar en razón a sus parlamentarios para evitarnos una nueva crisis fiscal, la cual estallaría precisamente en el 2027, a manera de legado de la nefasta administración Petro. El ministro Bonilla, que en varios frentes se ha mostrado responsable con la estabilidad fiscal (incluyendo enmiendas de la reforma pensional y pagando los déficits del fondo de combustibles), debe pronunciarse fiscalmente sobre los graves inconvenientes de tal reforma constitucional.</p>
<p>SERGIO CLAVIJO</p>
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<p>Sergio Clavijo</p>