Dominic Santiago Ruíz es un niño campesino y orador que nació hace siete años en Santander de Quilichao, en el departamento del Cauca, y que eligió la poesía para hablarle al mundo de la importancia de la paz en su territorio.
Su poema, ‘Campesino de la paz’, abrió el acto que lideró la Agencia Nacional de Tierras, en el marco de la cruzada con la que, este mes de octubre, se propuso hacer la entrega más grande de tierras en la historia del país.
En Santander de Quilichao fueron 1.434 hectáreas de tierras productivas entregadas a comunidades negras, indígenas y campesinas, con el propósito de acabar con décadas de guerra por la tierra.
El diálogo ha sido la bandera de esta cruzada, en la que se ha logró un Pacto por la Defensa de la Vida, el Territorio y la Convivencia en el Norte del Cauca, en el que han confluido la institucionalidad, las comunidades, ingenios azucareros y productores de caña.
Para Rossana Mejía Caicedo, Consejera Mayor de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca (ACONC), esta entrega de tierras hace parte del inicio de la Reforma Agraria que, en el caso de su comunidad, se traduce en un acto que reconoce el derecho territorial ancestral de su gente.
“Este tipo de reparaciones son importantes porque reconocen las luchas que vienen dando los diferentes pueblos en la reivindicación de derechos, pero sobre todo es el reconocimiento de la territorialidad, poder darle cumplimiento a lo pactado con las comunidades, además de reconocer la importancia de nuestros territorios”, señala Mejía.
Este tipo de reparaciones son importantes porque reconocen las luchas que vienen dando los diferentes pueblos en la reivindicación de derechos, pero sobre todo es el reconocimiento de la territorialidad, poder darle cumplimiento a lo pactado con las comunidades.
La líder comunitaria hace un llamado para seguir protegiendo el territorio ya que, con el apoyo del gobierno, se desarrollen iniciativas productivas con la implementación de cacao, entre otras.
César Arley Perlaza, representante de procesos de comunidades negras, asegura que: “La tierra es la vida y la vida no se vende, se ama y se defiende”. Perlaza además asegura que el acceso a la tierra es una muestra de la justicia social.
“La tierra por sí sola no da riqueza, necesitamos que a partir de la entrega de estos predios vengan con ellos también los proyectos productivos, la implementación de vías terciarias y equipos agrícolas para transformar el departamento del Cauca”, pidió Perlaza.
La tierra es la vida y la vida no se vende, se ama y se defiende. Necesitamos que a partir de la entrega de estos predios vengan con ellos también los proyectos productivos
En ese sentido, la Agencia Nacional de Tierras y la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) en un trabajo en equipo anunciaron que se viene estructurando de manera conjunta con el Consejo Interétnico e Intercultural del Norte del Cauca un proyecto por 15.000 millones de pesos que beneficiará a 600 familias de cinco organizaciones del Consejo, en las líneas de cacao, café y cítricos, a partir de un componente transversal de fortalecimiento de la soberanía alimentaria.
Felipe Harman, director de la Agencia Nacional de Tierras, destacó la importancia de la entrega en el Cauca. “Vale la pena recordar masacres que se cometieron en estas fincas y las dificultades asociadas en cada movilización y las más de 200 actas de incumplimientos de gobiernos pasados, para decir que el día de hoy todos avanzan en sus pretensiones territoriales, en un amplio acuerdo a partir del diálogo de manera franca y democrática”, dijo Harman.
Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez, también oriunda del Cauca, señaló que, estas tierras son fuertes y benditas. “Entre toda esta abundancia a nosotros lo único que nos falta es la paz. Por eso, como vicepresidenta, hago un llamado reiterativo a los grupos armados para que dejan al Cauca vivir en paz”.
La historia de La Emperatriz
Las tierras han sido entregadas a comunidades campesinas, afro e indígenas. Foto: AGENCIA NACIONAL DE TIERRASEntre toda esta abundancia a nosotros lo único que nos falta es la paz. Por eso, como vicepresidenta, hago un llamado reiterativo a los grupos armados para que dejan al Cauca vivir en paz.
La finca de la Emperatriz es un espacio simbólico para las comunidades indígenas del Cauca.
Héctor Fabio Casamachín tiene 47 años y más de la mitad de su vida ha dado la lucha, junto con su comunidad, por estas tierras. De la comunidad indígena Bodega Alta Resguardo de Huellas Caloto, del Pueblo Naza, él celebra la titulación de este lugar en el que espera que sus cuatro hijos escriban una nueva historia.
“Mis papás salieron de la tierra por la violencia, donde vivíamos no teníamos tierra para trabajar, ahora lo que anhelo es poder dejarles a mis hijos un espacio para que puedan hacer sus proyectos productivos, que cada uno monte uno en las dos hectáreas que nos corresponden”, dice.
Zambrano Solarte, líder indígena del Cauca, destaca la importancia del acuerdo entre las partes del territorio, además de la entrega de tierras. “Porque el mensaje que se está dando a Colombia y al mundo es que la paz se construye dialogando con las bases sociales. Hoy la finca Emperatriz que se entrega para nosotros es de mucho significado porque ahí fue donde salió el Ejército en el 91 para hacer la masacre del Nilo, de ahí viene nuestra lucha”, explica.
Con él coincidió Harman, aseguró: “Todas las organizaciones que subieron a esta mesa están llevándose tierra para sus acumulados, todas las organizaciones que durante décadas pelearon la tierra”.
La entrega histórica que se ha hecho en las zonas más resistentes del país
La Agencia Nacional de Tierras (ANT) tiene previsto para este mes de octubre hacer una entrega de 50.000 hectáreas en distintos puntos del país, mediante un convenio con el Fondo de Reparación de Víctimas, la Sociedad de Activos Especiales y adquisiciones privadas, destinadas a comunidades campesinas, indígenas y afro.
En Magdalena y Córdoba ya se entregaron las primeras 11.000 hectáreas.
En Montería, las tierras que pasaron a manos de las comunidades fueron 8.430 hectáreas que la ANT asegura les fueron incautadas a los exjefes paramilitares alias Cuco Vanoy, alias Nico y alias Macaco.
De ellas, 7.916 hectáreas fueron adquiridas con recursos del Fondo de Reparación de Víctimas por una suma cercana a los 96.000 millones de pesos.
Para esa ocasión, el exjefe paramilitar Mancuso les pidió perdón a quienes asistieron al evento de entrega, en el coliseo Miguel Happy Lora.
En Magdalena, fueron más de 3.000 hectáreas las que se les dieron a las comunidaes en un acto simbólico en el que se le rindió homenaje al líder Milton Rocha Peña. En ese encuentro, la madre de Milton, doña Zenaida Peña, recibió una ofrenda floral en honor a la vida de su hijo campesino que luchó siempre por su comunidad.
De otro lado, la ANT anunció que 42.973 hectáreas serán declaradas Zona de Reserva Campesina (ZRC) en el municipio de Tarazá, Antioquia, convirtiéndose en la ZRC número 18 del país.
Felipe Harman, director de la ANT, destacó la importancia de esta decisión, en tanto este territorio ha sido foco del conflicto y de actividades ilegales como la minería.
“A pesar de su historia, son más las personas buenas que anhelan vivir en paz y apoyan formas de organización social como la Zona de Reserva Campesina y defienden su libertad para la permanencia en esa región”, dijo Harman.
MÁS CONTENIDO*. Un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO con el auspicio de la Agencia Nacional de Tierras ANT.
periodista externa ace