El Chocó Biogeográfico es una región del Pacífico y la zona de Urabá de 187.400 kilómetros cuadrados ubicados en Colombia, Panamá y Ecuador. El 70 por ciento está en jurisdicción colombiana y representa el 10 por ciento del territorio del país.
Se trata de una franja entre el mar y la cordillera, que equivale al 2 por ciento de la superficie terrestre, pero alberga el 10 por ciento de la biodiversidad del planeta.
El Chocó Biogeográfico es una región del Pacífico y la zona de Urabá de 187.400 kilómetros cuadrados ubicados en Colombia, Panamá y Ecuador. El 70 por ciento está en jurisdicción colombiana y representa el 10 por ciento del territorio del país.
Se trata de una franja entre el mar y la cordillera, que equivale al 2 por ciento de la superficie terrestre, pero alberga el 10 por ciento de la biodiversidad del planeta.
Se extiende desde la provincia panameña de Darién y la zona del golfo de Urabá (norte) hasta la provincia ecuatoriana de Manabí (sur). En Colombia comprende al departamento del Chocó y jurisdicciones parciales Cauca, Risaralda, Antioquia, Córdoba, Valle del Cauca, Cauca y Nariño.
Referirse el Chocó biogeográfico es hablar de tierra y agua, pues recibe la influencia del océano Pacífico y del Caribe. Los investigadores que se han adentrado en la región aseguran que allí ocurrió uno de los mayores intercambios de la especie evolutiva de la tierra debido a que es punto de unión entre Norteamérica y Suramérica.
Es uno de los lugares más lluviosos del mundo y una zona aislada del resto de selvas tropicales por la cordillera de Los Andes.
La región es consecuencia de historias geológicas y climáticas particulares, complejos procesos de migración, evolución y adaptación de formas de vida y procesos ecológicos, biológicos y etnoculturales que interactúan entre sí y de manera particular y hacen del Chocó Biogeográfico un escenario natural irrepetible.
La riqueza biológica incluye páramos, bosques de niebla, selvas húmedas tropicales verdes y misteriosas, manglares, ciénagas, litorales rocosos y extensas playas, donde habitan especies de flora y fauna que convierten el lugar en un paraíso natural.
Se caracteriza por la concentración de formas de vida, muchas de las cuales solo habitan en esta franja (especies endémicas); condiciones ambientales extremas y el reducido grado de transformación de los sistemas naturales debido a su relativo aislamiento e inaccesibilidad.
2CHOCO-BIOGEOGRAFICO-16OCT24 by Le Nakawé
Juan Manuel Díaz Merlano y Fernando Gast Harders, en la obra ‘El Chocó Biogeográfico de Colombia’ (publicada por el Banco de Occidente), califican esta región como “única en el planeta” y como la evidencia natural más palpable de que es posible vivir en armonía con el entorno natural y preservar un ambiente tan privilegiado como ese.
“El Chocó Biogeográfico es una de las zonas más lluviosas del planeta y la humedad que llega con las nubes procedentes del Pacífico se desgaja en impresionantes aguaceros y se va encausando, hasta formar miles de quebradas y ríos que después de descender de las montañas, inundando de vida el paisaje, llegan al océano, unas veces en espectaculares caídas y otras en apacibles brazos que se entrelazan en las llanuras aluviales”, dicen en su obra los autores de la investigación.
El Chocó Biogeográfico es una de las zonas más lluviosas del planeta y la humedad que llega con las nubes procedentes del Pacífico se desgaja en impresionantes aguaceros y se va encausando, hasta formar miles de quebradas y ríos que después de descender de las montañas, inundando de vida el paisaje, llegan al océano.
En la parte colombiana de esta región habitan y conviven alrededor de dos millones de personas entre negros afrodescendientes, seis pueblos indígenas y comunidades de blancos y mestizos descendientes de inmigrantes de diversas partes del mundo y el país.
Los afrodescendientes representan más del 90 por ciento de la población, 40 por ciento de los cuales habita en siete centros urbanos. El resto vive disperso en pequeños poblados o a lo largo de los ríos y la costa.
Los manglares del Chocó Biogeográfico colombiano ocupan 327 mil hectáreas y son el 85 por ciento del total del país. El 77 por ciento de la región está ocupada por formaciones boscosas naturales, de las cuales 55 por ciento se mantiene intacto. Estos bosques representan el 15 por ciento del bosque de Colombia y producen casi el 60 por ciento de la madera aserrada que se utiliza.
En los bosques nublados del Chocó Biogeográfico la niebla aporta el 40 por ciento del agua que es consumida por la vegetación y es la responsable de la enorme variedad y abundancia de epífitas (musgos, helechos).
Esta región tiene la mitad de las especies de mamíferos y aves del país, el 37 por ciento de las de reptiles, el 38 por ciento de las de anfibios y no menos del 30 por ciento de las plantas superiores o vasculares.
Problemas y desafíos
En el Chocó Biogeográfico, más de dos mil especies son endémicas, es decir, solo se encuentran en esa región. Cortesía:IIAPEl problema que observan los expertos es que las oportunidades que ofrece la riqueza natural no están siendo aprovechadas.El Chocó Biogeográfico enfrenta la paradoja de ser una región con la mayor biodiversidad del mundo, pero donde impera la pobreza.
Para el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP), el gran desafío es generar un modelo que permita aprovechar la biodiversidad en beneficio de las comunidades, sumando el conocimiento tradicional con el científico, para poner en marcha un modelo económico competitivo que use los recursos naturales como base.
El IIAP advierte que el territorio tiene bajos niveles de desarrollo, altas tasas de necesidades básicas insatisfechas, pobreza monetaria y multidimensional y vulnerabilidad frente a eventos climáticos extremos.
Según esta organización, su ubicación espacial estratégica “lo hace proclive a la guerra y la ilegalidad, lo que se traduce en conflictos socioambientales urgentes de atender para garantizar mejores condiciones de vida de una población que, a pesar de las dificultades, mantiene ecosistemas bien conservados”.
“El Chocó Biogeográfico tiene como principal activo los recursos naturales, la biodiversidad y la cultura. Y con base en eso es como se puede mover el desarrollo en el territorio”, advierte Giovanny Ramírez, subdirector de Investigaciones de IIAP.
El Chocó Biogeográfico tiene como principal activo los recursos naturales, la biodiversidad y la cultura.
Pero es vital combatir antes las economías ilegales. “Una preocupación de la comunidad científica es la minería ilegal en el Chocó que se ve en diferentes ríos, donde se está haciendo deforestación y también contaminación con mercurio. Es algo que es importante”, afirma Joe Tohme, director del Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat).
“Sin duda, las economías y los grupos ilegales están haciendo muy difícil cumplir con las metas de conservación y que la biodiversidad implique beneficios para las comunidades”, agrega Catalina Gutiérrez Chacón, directora de WCF Colombia.
Sin duda, las economías y los grupos ilegales están haciendo muy difícil cumplir con las metas de conservación y que la biodiversidad implique beneficios para las comunidades.
Giovanny Ramírez, de IIAP,considera que el mayor problema a enfrentar es la ilegalidad en el uso de la tierra, que se refleja en el ejercicio de los grupos armados, el tráfico de madera, de hidrocarburos, los cultivos de uso ilícito y la expansión ganadera. “El tema aquí es c ombatir esos focos que están identificados y sabemos cuánto de superficie de bosque se pierde. Es un elemento que hay que atacar en el territorio”, explica.
periodista externa ace