En el pasado, tomar decisiones educativas era relativamente sencillo: una vez al salir del colegio, para elegir la carrera universitaria, y otra al graduarse, para escoger un posgrado. Hoy, ese escenario ha cambiado drásticamente, y una persona toma, en promedio, 21 decisiones educativas a lo largo de su vida. Este “árbol de decisiones educativas” refleja la creciente complejidad del mundo actual, donde la exigencia de adquirir nuevas habilidades y competencias se ha vuelto una constante.
Este cambio está directamente relacionado con una habilidad fundamental en el siglo XXI: el aprendizaje continuo. Esta capacidad, que se define como la motivación permanente para adquirir nuevas competencias y potenciar las existentes, es clave para mantenerse competitivo y alcanzar el éxito tanto personal como profesional.
De hecho, según el Informe Future of Work 2024 de LinkedIn, el 62% de los profesionales planea cambiar de carrera o adquirir nuevas habilidades para 2025. Esto subraya la importancia del aprendizaje a lo largo de la vida, no solo para estar al día con las tendencias y tecnologías emergentes, también, para aprovechar nuevas oportunidades que impulsen tanto el desarrollo profesional como personal.
El aprendizaje continuo no solo ofrece beneficios en el ámbito laboral; también tiene un impacto significativo en la salud mental y el bienestar. Actividades como la música, el arte, la escritura o el deporte, además de enriquecer la mente, alivian el estrés y mejoran la calidad de vida. Así, el aprendizaje no es solo una herramienta de crecimiento profesional, sino también un camino hacia el bienestar integral.
Infografia de Aprendizaje contínuo.El Foro Económico Mundial resalta que las 10 habilidades más demandadas para los próximos cinco años incluyen creatividad, pensamiento crítico, alfabetización tecnológica, curiosidad, resiliencia, inteligencia artificial y Big Data. Desarrollar la capacidad de aprender de forma constante te ayudará a dominar varias de estas habilidades y a mantenerte a la vanguardia en un contexto en transformación.
¿Por dónde empezar?
Ante la pregunta “¿Y ahora qué voy a estudiar?”, la mejor respuesta es comenzar por identificar: cuál es esa siguiente mejor versión que quieres ser. Este ejercicio de introspección te permitirá definir qué habilidades o conocimientos necesitas para alcanzar esa visión.
Primero, haz una lista de las competencias que te ayudarán a lograr tus objetivos, tanto personales como profesionales. Luego, prioriza aquellas que tendrán el mayor impacto en tu desarrollo y crecimiento. Este proceso te ayudará a enfocarte en lo que realmente necesitas aprender para avanzar.
Una vez que hayas identificado las habilidades clave, explora los recursos educativos disponibles. Hoy en día, existen múltiples opciones, desde cursos gratuitos en línea hasta programas formales y cursos en universidades, ofrecidos en distintos formatos y niveles de profundidad. Dependiendo de tus necesidades, puedes optar por un aprendizaje más autodidacta o inscribirte en instituciones educativas que te proporcionen una formación estructurada y completa.
Conclusión
El aprendizaje a lo largo de la vida no es solo una respuesta a las demandas del mercado laboral; es una estrategia para prosperar en el siglo XXI. Más allá del desarrollo personal, representa un compromiso con el crecimiento constante y con la capacidad de seguir contribuyendo en un mundo que cambia rápidamente. En este contexto, aprender continuamente se convierte en la habilidad más valiosa que podemos adquirir para enfrentar el futuro con éxito.
Sobre Carolina González Tabares
Directora General de Lifelong Learning en CESA, experta reconocida en Latam en estrategias de impacto social, IA+Educación, aprendizaje permanente (Lifelong Learning), innovación educativa, marketing y comunicación digital. Lideró el primer sistema de medios digitales del Gobierno de Colombia y creó el primer sistema de formación en competencias basado en inteligencia artificial. Carolina es profesional en mercadeo, Magister en psicología del Consumidor.
*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.