En los agrestes y fríos glaciares de Colombia hay vida microbiana, según descubrió recientemente una investigación. Sin embargo, muchos de esos organismos de fotótropos de hielo, que hasta hace muy pocas semanas eran desconocidos para la ciencia y que apenas si se han estudiado, podrían desaparecer en tan solo un par de años por culpa del aumento de las temperaturas. Así se anunció en el Marco de la Cumbre de Biodiversidad (COP16), donde con el anuncio de este descubrimiento se hizo un llamado a la protección de la naturaleza y los ecosistemas de alta montaña.
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Fotografías 9 y 10 . Extinción del glaciar del sector Conejeras entre 2018 (izquierda) y 2024 (derecha). Jorge Luis Ceballos. IdeamEl estudio, realizado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), junto a la Universidad de Hokkaido de Japón, la Universidad de Ciencias Aplicadas de Austria Superior y la Universidad Charles de República Checa, encontró que la vida microbiana de estas zonas sería el registro de biodiversidad a mayor altitud del país. Es de anotar que el muestreo de nieve y hielo inició en febrero de 2024, en el glaciar Santa Isabel y en la sierra nevada de El Cocuy, pero se espera que continúe en más lugares.
Según explica el glaciólogo, Jorge Luis Ceballos, quien presentó y lideró la investigación, lo que demuestra este estudio es que los glaciares, ubicados en las zonas más altas de las montañas del país, pueden ser considerados como hábitat y parte de la biodiversidad. En estos se han encontrado, entre otros, poblaciones inesperadas de microorganismos especializados en el frío, pero con el derretimiento acelerado, estas comunidades tropicales únicas de fotótropos de hielo desaparecerían en pocas décadas.
“Entre el Ideam y estas universidades se hizo por vez primera la identificación de vida microbiana en glaciares colombianos. Son algas adaptadas a estos medios extremos y al parecer serían novedosas por su ubicación en glaciares ecuatoriales. Estas algas hacen parte y amplían la biodiversidad del país”, señaló el investigador Ceballos.
Hasta el día de hoy se desconocía que en el país la biodiversidad también ocupaba las altas montañas colombianas en zonas por encima de los páramos. Los glaciares son vistos como sistemas naturales en decadencia y degradados por el actual cambio climático, pero es poco reconocido el que albergan vida microbiana que también está en riesgo de desaparecer. De igual forma, mediante observaciones del monitoreo regular del Ideam, se visibilizó que aves migratorias y de otros ecosistemas de alta montaña habitan temporalmente la superficie glaciar.
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Cambios de cobertura glaciar, sector glaciar Conejeras, en el Nevado Santa Isabel. Jorge Luis Ceballos. Ideam“Es parte de nuestra diversidad biológica que aún no estaba registrada y es la de mayor altura. Todavía falta por descubrir nuevos géneros de microalgas, descifrar su comportamiento, pero sabemos que son diferentes, posiblemente únicas, adaptadas a la alta montaña colombiana, pero están en vía de extinción porque su hábitat está desapareciendo”, añadió el experto.
El instituto sigue estándares mundiales para la observación de los glaciares, y desde 2006 los ha monitoreado continuamente como pocos en el planeta. Estos datos de observación alimentan redes internacionales para el seguimiento de la criósfera terrestre que, además, será el tema central de la conversación ambiental del próximo año, pues la Asamblea General de las Naciones Unidas acordó declarar que 2025 será el año internacional de la conservación de los glaciares.
En el Ideam, se creó el Grupo de Monitoreo de Ecosistemas de alta montaña en el 2020 como respuesta a la creciente importancia que se le ha dado a las montañas en el mundo por su biodiversidad e impactos por el cambio climático. La Unesco, por ejemplo, ha mencionado que aproximadamente 75 millones de personas de la región Andina se proveen de agua de las montañas. En Colombia, el 70 % de la población se provee de agua de las montañas.
Sin embargo, el área glaciar colombiana se ha reducido un 30 por ciento en los últimos 12 años. El país pasó de tener 47 km² en 2010 a 33 km² en 2022, y cada año se reduce el área entre 3 a 5 por ciento a causa del acelerado aumento de las temperaturas. Bajo esta tendencia, es probable que finalizando este siglo nuestros nevados estén extintos o próximos a serlo, lo que representa una pérdida del patrimonio ambiental del país. Fenómenos climáticos como El Niño son, en gran medida, los culpables de esta disminución.
EDWIN CAICEDO
Periodista de Medioambiente y Salud
@CaicedoUcros
Edwin Caicedo