En menos de un año, el país ha estado en riesgo de apagarse dos veces. La primera, en abril de 2024, cuando el clima redujo dramáticamente los niveles de los embalses, y solo la llegada de las lluvias, apenas unos días antes de preverse el inicio de los cortes, disipó esa amenaza. La segunda ha corrido por cuenta de las dificultades financieras de las empresas distribuidoras y comercializadoras, a raíz del no pago de compromisos por parte del Gobierno, como los subsidios, la opción tarifaria y las deudas de entidades públicas que no han pagado el servicio.