Desde hace décadas, el cine y la literatura han alimentado la idea de un futuro en el que los coches voladores se convierten en la solución definitiva a los problemas de movilidad urbana.Esta nueva realidad parece estar a la vuelta de la esquina, pero las compañías encargadas de su desarrollo avanzan de forma cautelosa, en una industria en la que persisten grandes desafíos técnicos y regulatorios.Uno de los proyectos más ambiciosos en este campo es el de la empresa Alef Aeronautics, que ha presentado su prototipo denominado Model A, promocionado como “el primer coche volador real del mundo”