Antonio está cercano a cumplir 80 años. Ha sido un trabajador disciplinado del campo, nunca le han faltado ofertas para coger café, cuidar ganado o fincas y aunque logró pensionarse con un salario mínimo de su último empleo -algo extraordinario en su contexto pues la mayoría de los trabajadores del campo son informales-, el dinero no le alcanza.A su cargo ya no solo están su esposa y un hijo enfermo, sino también tres nietos pequeños, así que con achaques y todo no deja de jornalear.