“De aquí se sale muerto o matando a alguien”, dijo un testigo, paciente de una fundación con sede en Bucaramanga, quien asegura, presenció un homicidio. El adolescente observó cómo otros dos menores asesinaron a un compañero mientras permanecían encerrados en el llamado “cuarto de reflexión” de la Fundación Hogar Casa del Alfarero.Tal era el terror que los asesinos —de acuerdo con el testigo— estaban convencidos de que matar a una persona los sacaría de esa fundación, así fuera para la cárcel.