El sector de la construcción en Colombia enfrenta nuevamente adversidades que podrían replicar las dificultades experimentadas el año pasado. Las nuevas políticas arancelarias y un probable decrecimiento en los subsidios del programa Mi Casa Ya para el 2025 amenazan tanto los niveles de empleo como el desarrollo de nuevos proyectos habitacionales, según informó Portafolio.
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Cuál es el problema que surgió con el subsidio Mi Casa Ya
El Gobierno Nacional ha determinado financiar 20.500 ayudas económicas para el próximo año dentro del programa Mi Casa Ya, cifra que no solo se queda corta frente a la meta anual de 50.000, sino que además parte de estos subsidios ya han sido comprometidos con antelación, de acuerdo con el citado medio.
Esta situación podría precipitar un aumento en la cancelación de compras de viviendas casi terminadas y afectaría directamente las ventas y el arranque de nuevos proyectos, según explica Guillermo Herrera, presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).
De igual forma, la introducción de nuevos impuestos a productos de acero provenientes de Perú y China altera significativamente la estructura de costos en la industria. Estos materiales, que antes representaban una opción más económica, ahora estarán sujetos a aranceles que afectarán desde el acero hasta el alambrón y la barra de construcción, con un impacto considerable en los costos de producción de vivienda, de acuerdo con el citado diario.
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, subraya en el informe periodístico la necesidad de revisar estas medidas de protección, denominadas ‘Pacto por el acero’. Argumenta que estas políticas podrían estar beneficiando desproporcionadamente a competidores internacionales en detrimento de la producción y el empleo local.
Cuántos empleos se han perdido durante 2024 en la construcción
Los problemas subyacentes en la industria no solo se limitan al ámbito de la producción y venta de viviendas, sino que también se extienden al empleo. A agosto de este año, se reportó una reducción de 79.000 puestos de trabajo, con perspectivas de perder otros 200.000 empleos hacia finales del año. Este declive no solo refleja un descenso en la actividad del sector, sino que también pone en peligro la viabilidad del modelo de vivienda de interés social (VIS), tradicionalmente un motor de la industria, según el citado portal.
Camacol proyecta que las ventas de unidades VIS podrían cerrar el año en apenas 55.000, lo que significaría una reducción a la mitad comparado con los inicios del 2023. Las perspectivas de inicio de nuevas construcciones también son sombrías, con estimaciones cercanas a las 100.000 unidades, niveles que recuerdan a los del año 2011.
Ante este panorama, Herrera hace un llamado urgente para que se garantice el presupuesto destinado a los 50.000 subsidios de Mi Casa Ya, considerando este apoyo fundamental para incentivar el crecimiento y la reactivación del sector en el 2025. Además, insta a que las políticas de promoción de la industrialización tomen en cuenta las necesidades del sector vivienda, crucial por su capacidad de empleo permanente y su significativa demanda de insumos, la mayoría de producción nacional.