Hay acertijos matemáticos que ponen a trabajar la mente por la diversidad de respuestas, pero los de palabras también representan prestar mucha atención a las pistas y a la forma en que son escritos, pues la solución, a veces, suele estar en la misma oración.
La adivinanza de quién es el hijo de mi papá, que no es mi hermano, aparentemente sencilla, tiene un desenlace que a menudo sorprende por el juego que presenta en su estructura.
(Vea también: ¿Cuál es la respuesta a 6÷2 (1+2)? El problema matemático al que pocos le pegan)
La respuesta, entonces, es una persona que comparte el mismo padre, pero que no es hermano del que pregunta, dejando como conclusión que la respuesta es la persona que está formulando el acertijo.
¿Qué habilidades se desarrollan con los acertijos?
Estos ejercicios, además de poner a prueba la lógica, fomentan espacios de socialización y de respaldar el punto de vista de las personas que participan en las adivinanzas, también tienen como fin crear nuevas competencias.
Algunas de las habilidades que se desarrollan con los acertijos, según aclara el portal Smile and Learn, son las siguientes:
- Desarrollo del pensamiento crítico.
- Mejora de las habilidades de resolución de problemas.
- Desarrollo de la creatividad.
- Mejora de la memoria y la concentración.
- Fomento del trabajo en equipo y la colaboración.
- Aumento de la autoestima y la confianza.
- Mejora en la comunicación.
¿Cómo crear acertijos?
Wiki How, en su página web, aclara que para crear acertijos como el de qué es ancho y largo y los hombres lo llevan colgando, es fundamental estimular la creatividad y buscar analogías inesperadas. Los dobles sentidos, las metáforas y las comparaciones son herramientas valiosas para construir enigmas que desafíen la mente.
Además, es importante considerar el público al que va dirigido el acertijo, ajustando el nivel de dificultad y el vocabulario utilizado.