Esta niña de 7 años, que reside en Mosquera (Cundinamarca), padece una enfermedad huérfana que es poco conocida, pero que conlleva un muy alto costo para sus cirugías. Así que su familia ha estado en una lucha constante para que ella logre tener acceso a una vida digna y en la que goce de una infancia y una adolescencia feliz y sin limitantes.
Valeria Sánchez / Cortesía PulzoValeria Sánchez López nació con microtia bilateral, una condición que hace que no se le desarrollen los pabellones auriculares ni los conductos auditivos, así que no tiene los cartílagos que forman sus orejas, razón por la que no puede escuchar. Además, debe usar gafas, lo que se ha vuelto un verdadero reto, ya que es casi imposible sostenerlas.
Carolina López, su mamá, menciona que averiguó la cirugía en Colombia, pero el sistema de salud y la tecnología dificultan todo. También lo hizo en Estados Unidos, allí el procedimiento se haría en una sola operación, pero tiene un costo cercano a los 106.000 dólares (450’000.000 de pesos, aproximadamente).
Igualmente, decidió indagar en Argentina, donde el tratamiento vale 27.000 dólares (112’399.218 pesos) y se hace en 3 cirugías reconstructivas que duran cerca de un año y medio, siendo la opción más viable por cercanía y dinero. No obstante, al ser Valeria una paciente de alto costo, no cuenta con el apoyo de su EPS y su familia no posee los recursos suficientes, así que han optado por hacer rifas y otras actividades para recaudar fondos.
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Así que todas las personas que puedan brindar una ayuda a la pequeña Valeria Sánchez López, de 7 años, podrán hacerlo al número celular de su mamá, que es el 311 817 6892. En esa línea telefónica podrán coordinar cualquier donación.
Con tutelas y quejas en la Superintendencia Nacional de Salud, ha logrado que en Colombia le hagan 2 operaciones que complementan el tratamiento. Se trata de 2 implantes cocleares, que son dispositivos electrónicos para que ella pueda escuchar, pero estos deben ser cambiados cada 5 años, y cada uno cuesta entre 70’000.000 y 80’000.000 de pesos.
Lo único que espera Carolina, es que su hija logre recibir la atención adecuada para que lleve mejores condiciones de vida, en la que no tenga ningún tipo de contratiempos y disfrute de una niñez plena.