Una ruta por la cultura raizal de San Andrés

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Una ruta por la cultura raizal de San Andrés

Redacción El Tiempo

25 de diciembre 2024 , 10:30 p. m.

25 de diciembre 2024 , 10:30 p. m.

Una ruta por la cultura raizal de San Andrés

Diez experiencias de gastronomía, música e historia se complementan para darle vida al recorrido.

JUAN URIBE

Redacción El Tiempo

La Primera Iglesia Bautista de San Andrés, un símbolo de esta isla colombiana en el Caribe, fue construida en la segunda mitad del siglo XIX unos 2.000 kilómetros al norte en la ciudad de Mobile (Alabama, Estados Unidos). Luego fue desarmada, viajó en barco hasta San Andrés, donde fue ensamblada de nuevo antes de ser consagrada el 2 de febrero de 1896.

Hoy, esta estructura se alza sobre el punto más alto de la isla, en el barrio de La Loma, 100 metros sobre la arena, y desde su campanario, a 30 metros de la calle, es el mejor mirador para apreciar los tonos verdes, azules y fucsias del agua.

La historia de este templo es una de las muchas que los viajeros pueden conocer al unirse a la Ruta de la Cultura Raizal de San Andrés, hecha realidad gracias al Viceministerio de Turismo y a Fontur (Fondo Nacional de Turismo).

Estas entidades diseñaron 10 experiencias relacionadas con elementos que hacen parte de la cultura local, como la gastronomía, las artesanías y la música, para que quienes lleguen a San Andrés conozcan a sus habitantes y los planes auténticos que ofrecen, alejados del cliché de destino de compras, sol y playa.

El recorrido incluye vivencias que se complementan y les dan a los visitantes otras opciones de hacer turismo en la isla. Son programas como el que los viajeros viven en la posada nativa Derma’s Inn, que al igual que la Primera Iglesia Bautista también está ubicada en el sector de La Loma.

En este lugar (@posada.nativa.dermas_inn, en Instagram), que tiene seis habitaciones, los huéspedes desayunan en una terraza desde donde se aprecia una vista adornada por palmas y otros árboles cuyo follaje forma un tapete verde que se prolonga hasta el Parque Regional de Mangle Old Point, junto al mar.

Y mientras saborean el breadfruit (fruta del pan), que se come frito como patacón delgado, los turistas se sumergen en la cultura local gracias a las conversaciones con quienes hacen parte de la familia raizal dueña de la posada.

En Derma’s Inn es posible charlar sin afán con alguna de las cinco hermanas que trabajan allí, Ingrid, Janeth, Sherlen, Hillary y Juliana, e incluso con la madre de ellas, Aleja Martinez, quien cocina platos típicos como fish balls (albóndigas de pescado) y amasijos a base de coco entre los que se destaca el syrup cake, que lleva miel de caña, jengibre y harina de trigo.

La empresa Ecofiwi organiza recorridos en el parque de mangle Old Point.
Juan Uribe

La herencia inglesa

En Derma’s Inn se come muy bien y también se aprende sobre las tradiciones locales, sobre todo cuando se llevan a cabo demostraciones de danzas de salón de influencia inglesa, entre las que están jumping polka, mento, shotis y quadrille.

Esta influencia inglesa se comprende al escuchar las historias que narra Atrix Bryan, un sanandresano que difunde los valores de la cultura raizal en el Museo Pirata The Persistence (@museopiratathepersistence, en Instagram), frente al sector conocido como Cove, una ensenada en el costado occidental de la isla.

En este museo los turistas disponen de gafas de realidad virtual y usan una aplicación en sus teléfonos inteligentes para aprender más sobre la vida de Henry Morgan y otros piratas, gracias a la realidad aumentada.

Y, por supuesto, siguen los relatos de Atrix sobre cómo los puritanos, provenientes de Inglaterra, llegaron a la vecina isla de Providencia en 1629 en el barco ‘Seaflower’, escapando de persecuciones religiosas, y establecieron la base de la actual sociedad del archipiélago.

A menos de un kilómetro del museo se encuentra Paradise Farm, una reserva natural donde se entiende cómo la música ha preservado las tradiciones de la comunidad raizal de San Andrés. Allí, cada viernes, se vive la experiencia de Caribbean Nights (@caribbeannightsai, en Instagram).

Este espectáculo les permite a los visitantes bailar al son de ritmos alegres como el reggae, el calypso y el zouk. También les da la oportunidad de probar platos elaborados por matronas raizales en las Fair Tables, unos espacios en los que mujeres portadoras de la tradición culinaria comparten recetas ancestrales.

Caribbean Nights es una plataforma que les sirve de vitrina a los músicos de la isla, tanto a los ya consagrados como a quienes están dando sus primeros pasos, y salvaguarda la identidad raizal mediante el uso del creole.

Esta lengua fue creada con base en un inglés del siglo XVI, pronunciando palabras de una manera diferente e incluyendo trozos de dialectos africanos, para comunicarse en secreto con otras personas que también habían sido secuestradas en África y posteriormente esclavizadas.

La unión de la comunidad está en el corazón de la Ruta de la Cultura Raizal de San Andrés. Por eso en ella es protagonista el rondón, un plato que reúne a las familias en un sitio al aire libre, alrededor de una olla enorme que se calienta con leña y en la que se mezclan varios ingredientes. Esta experiencia se vive en el Rondon Tour (@rondontour, en Instagram).

Primero se rallan cocos de los que se exprime un líquido – leche de coco – y se asignan labores a las personas, como pelar yuca, papa, ñame y plátano verde. Todo se agrega en el caldero junto con caracol pala, colas de cerdo (pig tails), breadfruit, dumplings (hechos con harina de trigo y leche de coco), pescado (que puede ser cherna – King fish –), albahaca y ají Basket Pepper, presente en todas las mesas de las familias raizales.

Así como el rondón preserva la cultura raizal, los manglares protegen la biodiversidad. Son barreras naturales que reducen el impacto de tsunamis y tormentas, y su importancia se evidencia al remar en kayaks transparentes en el Parque Regional de Mangle Old Point, en recorridos organizados por Ecofiwi (@ecofiwi, en Instagram).

En este lugar de la isla se observan peces de colores, pepinos de mar y medusas, así como fragatas, unas aves que descansan en las ramas de los mangles. Desde allí, al levantar la mirada, se ve el campanario de la Primera Iglesia Bautista.

Es el mismo que en el siglo XX albergaba una lámpara de queroseno que servía de faro para que los navegantes calcularan la entrada a la bahía, y es uno de los sitios que hoy hacen parte de la Ruta de la Cultura Raizal de San Andrés, un destino que está mostrando su cara más auténtica gracias a su comunidad.

Historia, música y sabor

La Ruta de la Cultura Raizal de San Andrés incluye la opción de alojarse en la posada nativa Miss Trinie (@posadanativamisstrinie, en Instagram), una casa tradicional construida en 1913 y ambientada con decenas de objetos que se empleaban en las primeras décadas del siglo XX.

La casa es un museo donde se cuenta la historia del doctor Thomas D. W. Hemans, un médico jamaiquino que fue el primer ginecólogo en la isla y que por su color de piel fue inicialmente rechazado.

En el recorrido también está Booby Rock (@www.instagram.com/booby.rock, en Instagram), en el suroeste de la isla, un lugar ideal para pasar la tarde frente al mar y aprender a cocinar algunos platos de la cocina raizal.

Igualmente, están presentes la posada Bahía Sonora (@bahiasonorahostel, en Instagram), donde se aprecian cerca de 20 murales, pinturas, fotografías y otras obras de arte que retratan la vida isleña. No pueden faltar las artesanías de Sky Stephens (@skysk8ing, en Instagram); las empanadas de cangrejo y otras delicias preparadas por Clotilde Pomare (Whatsapp: 3008793905) y la música gospel de Emilce Pomare y otros cantantes locales (Whatsapp: 3176808675).

JUAN URIBE

Para EL TIEMPO

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