SEMANA: ¿Qué piensa que puede venir para Colombia con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos?Marta Lucía Ramírez: Colombia al igual que cada uno de los países de América Latina, tendrá el desafío de manejar una relación bilateral constructiva, proactiva y estratégica con Estados Unidos qué ojalá permita reposicionar la importancia y sobre todo, el potencial que tiene América Latina como región para mantener el liderazgo norteamericano.SEMANA: ¿Siente que la relación entre ambos países puede verse afectada por las posiciones del presidente Petro?M.R.: Indiscutiblemente, las posiciones, del presidente Petro influirán en la credibilidad y buena disposición del gobierno americano para mantener un espíritu colaborativo y cultivar con la nueva administración Trump la relación de respeto mutuo y compromiso genuino con valores que hemos compartido históricamente. El discurso trasnochado antiamericano y de una pretendida rivalidad con lo que significa el liderazgo de ese país, resulta tremendamente nocivo en una coyuntura, en la que Estados Unidos debe reposicionarse como un líder fuerte y creíble en promover el respeto a la democracia, al Estado de derecho, al derecho a internacional, a un desarrollo económico sostenible e incluyente que garantice no solo a las actuales, sino a las futuras generaciones, una vida con bienestar, libertades, progreso y oportunidades para todo el hemisferio.Colombia, a partir de la administración Pastrana, ha tenido una agenda bilateral estratégica e inteligente de respeto mutuo, colaboración recíproca de dos países aliados y promoción de la inversión y relaciones económicas y comerciales entre nuestros empresarios. El presidente de Colombia no debe confundir el liderazgo constitucional que tiene sobre las relaciones internacionales, con el manejo irresponsable de transmitir posiciones personales, en un mensaje negativo que puede deteriorar esa relación bilateral, con más perjuicios indiscutiblemente para Colombia que para Estados Unidos.SEMANA: En términos comerciales, que son las prioridades de Donald Trump, ¿qué puede venir para Colombia?M.R.: Es sabido que en términos comerciales, la administración Trump busca fortalecer la economía estadounidense y lograr relaciones balanceadas de comercio internacional. Sin duda, Colombia tiene en ese mercado que es el principal destino de sus exportaciones, tanto tradicionales como no tradicionales, y debemos cuidar ese mercado que significa empleos e ingresos para los colombianos. El mensaje de Trump fue suficientemente disiente durante su campaña. Posiblemente, veremos medidas proteccionistas y aranceles para buena parte del mundo.Pero Colombia es un proveedor individualmente considerado tan pequeño que no constituye una amenaza para ningún sector de la producción norteamericana. Y desafortunadamente, la balanza comercial positiva que estuvimos históricamente se ha convertido en una balanza negativa durante la mayor parte de los años recientes, lo cual es una mala noticia para la estrategia exportadora de Colombia, pero ante una coyuntura proteccionista, quizás nos expone menos a nosotros que a otros países que tienen un gran superávit con Estados Unidos.SEMANA: ¿En temas que migración, qué podría pasar?M.R.: En materia migratoria, también sabemos que desafortunadamente durante los últimos tres años ha aumentado desproporcionadamente el flujo de migrantes de Colombia hacia Estados Unidos, entrando por la trocha, con lo cual nuestros compatriotas no solamente se exponen a graves riesgos para su seguridad. No que estarán en la mira de las autoridades migratorias norteamericanas qué van a desarrollar una política de expulsión sin precedentes.Llama la atención cómo en la política exterior de este gobierno no hemos visto ningún llamado a los colombianos para evitar convertirse en migrantes. Ilegales hacia ningún país precisamente por la fractura que ellos suponen para las familias y el riesgo personal cuando viajan inclusive acompañados de niños. La mejor política antimigratoria qué debería tener Estados Unidos, es promover una verdadera alianza por el progreso con las democracias latinoamericanas y estimular la inversión, el crecimiento y la generación de empleos en cada uno de nuestros países, para que nuestros ciudadanos gocen de verdaderas oportunidades de mejoramiento de sus condiciones de vida y no salgan a buscar como migrantes, las oportunidades que su país no les ofrece.SEMANA: ¿Qué debería hacer Donald Trump con el tema de Venezuela tras la juramentación de Nicolás Maduro?, ¿se debería explorar la salida militar?M.R.: Ojalá que el presidente Trump aproveche parte de su capital político en promover una alianza de todos los países democráticos que han rechazado la dictadura de Nicolás Maduro, para lograr un conjunto de acciones qué presionen la salida inmediata del dictador y su camarilla. Ello significa elevar al máximo las sanciones personales, la eliminación de visados a ellos y a todos los familiares y personas relacionadas, la incautación de activos en el exterior de cada uno de los miembros de la dictadura, las investigaciones penales correspondientes y coordinar qué estas medidas tengan una aplicación integral universal y simultánea para que tengan efecto.El presidente Trump debe distanciarse de esa posición desafortunada de hacer prevalecer unos intereses petroleros sobre el interés de garantizar democracia y libertades para todo el hemisferio, incluyendo por supuesto. A los Estados Unidos. La criminalidad qué viene de la mano del tren de Aragua, del narcotráfico y de todas las actividades ilegales, qué tienen hoy a Venezuela cómo su centro de operaciones, pone en riesgo también la seguridad y la estabilidad de Estados Unidos. El mensaje a las dictaduras latinoamericanas debe ser terminante y eficaz.SEMANA: ¿Tiene razón el presidente Petro al quejarse de que Donald Trump no lo haya invitado a la posesión presidencial?M.R.: Uno no se queja de que no lo inviten a una fiesta ajena, cuando permanentemente está ofendiendo y descalificando a los anfitriones de esa fiesta.
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