La intolerancia y la poca cultura ciudadana en algunos sectores siguen siendo una de las preocupaciones más grandes para las autoridades en Medellín, no solo porque afectan la convivencia en las comunidades, sino también porque pueden desembocar en graves situaciones de agresiones que han terminado incluso en homicidios. Riñas, conflictos por exceso de ruido o focos de basura en los barrios son algunas dificultades que se viven a diario, por lo cual es fundamental cambiar imaginarios y promover normas básicas que cumplan todas las personas para garantizar la armonía.
Y aunque las autoridades de Policía y de seguridad hacen la tarea atendiendo los casos que son denunciados, la sanción no puede ser el único enfoque. Por ello, desde la Secretaría de Cultura de Medellín le apuestan este 2025 a poner en marcha 20 laboratorios barriales, una estrategia que tuvo el piloto el año pasado y con la que buscan llevar mensajes, conversaciones, iniciativas y posibilidades de acuerdos de convivencia y cultura ciudadana a la vida cotidiana de los territorios.
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Los laboratorios barriales, que forman parte de la estrategia “Medellín es como vos”, no son espacios físicos, sino encuentros que tendrán lugar en 20 barrios priorizados, que aún no se han definido, pero que se darán a conocer cuando se termine el diagnóstico que adelantan las secretarías de Cultura y Seguridad, a partir de las cifras y los datos de casos como peleas o riñas, llamadas por ruido o denuncias frecuentes por mala disposición de los residuos sólidos, explicó Santiago Silva, secretario de Cultura Ciudadana.
Esta es una necesidad innegable que sustentan las estadísticas. Durante todo 2024, según datos de la Secretaría de Seguridad, se registraron 2.678 riñas en Medellín. Pero, además, en la ciudad los homicidios por intolerancia y violencia intrafamiliar superaron ese año a los relacionados con bandas delincuenciales, con casos tan insólitos como el hombre que fue asesinado por su inquilino en San Cristóbal luego de que le reclamara porque le tiró la puerta de la casa; o el del ciudadano al que dejaron entre la vida y la muerte en Santa Cruz, en medio de una discusión con dos hombres porque debía $1.000.
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Además, durante ese año, en la línea de emergencias 123 se recibieron más de 94.000 llamadas por exceso de ruido, ya fuera por rumbas en casas o calles hasta el amanecer, piques ilegales o manipulación de pólvora. Y, de nuevo, la gran preocupación es que aparte de afectar la tranquilidad, se generan problemas de convivencia que pueden terminar en tragedias como la del barrio Villatina, donde un hombre, al parecer, asesinó a su hermano porque le desconectó el equipo de sonido en el que venía haciendo bulla durante toda la madrugada de la llamada alborada.
Ante un panorama así, señaló el secretario Silva, el año pasado se puso en marcha la prueba de los laboratorios en tres zonas de la ciudad. En el barrio Jardín, en Manrique; en el sector de la estación Gardel del Metroplús, en esa misma comuna 3; y en la 92, en la comuna 4, Aranjuez. En esta última, por ejemplo, tras las conversaciones con la comunidad, se lograron activar dos estrategias relacionadas con problemas de residuos sólidos y de incidentes viales.
“Lo que encontramos el año pasado es que en Medellín hay mucho capital social, hay mucha fuerza viva ciudadana que está muy pendiente y atenta a vincularse a esto. Los vecinos de muchos lugares se movilizan constantemente, las Juntas de Acción Comunal están muy atentas, hay liderazgos comunitarios que también están muy pendientes”, sostuvo el funcionario. Además puede leer: Tras un año de tareas, recuperaron 2 millones de metros cuadrados de áreas verdes y 103 quebradas de Medellín
María Camila Grajales, ciudadana que participó en uno de los laboratorios piloto, considera que estos son importantes porque permiten que los problemas se resuelvan en comunidad, con cooperación de todos, lo que lo hace más sencillo: “Puede ser como una integración social en la que las personas hablen las problemáticas de su barrio y se pongan de acuerdo para entre todas poder aportar algo para solucionar todos los problemas que hayan”.
Los 20 laboratorios de este 2025, a los que se destinó un presupuesto de $1.000 millones, aunque están pensados para la participación de los vecinos del común, contarán también con la vinculación de los líderes sociales, las corporaciones, organizaciones y otros grupos barriales interesados en la estrategia. Asimismo, se usará el equimamiento cultural de cada sector, como los parques biblioteca, las UVA y las instituciones educativas, entre otros escenarios para facilitar las reuniones y actividades.
Se espera que en las próximas semanas la administración distrital dé a conocer la lista de los barrios priorizados para realizar la estrategia en la que se busca la activa participación de la gente que se preocupa por la convivencia, la tranquilidad y la cohesión social en sus barrios. Un reto grande en muchas zonas. “Lo que vamos a terminar haciendo son estrategias como personalizadas de cultura ciudadana para esos 20 barrios, que aborden una serie amplia de problemas de convivencia”, puntualizó Silva.